Demasiada gente inteligente es peligrosa, ¿Pueden las élites infelices conducir a la inestabilidad política?

Pedro Luis Martín Olivares - Demasiada gente inteligente es peligrosa, ¿Pueden las élites infelices conducir a la inestabilidad política?
Pedro Luis Martín Olivares - Demasiada gente inteligente es peligrosa, ¿Pueden las élites infelices conducir a la inestabilidad política?

Pedro Luis Martín Olivares – Hay quienes dicen que la historia siempre se repite. Imperios, países, economías han sido material de profundo análisis. Sin embargo, muchos otros sostienen que no existe un modelo que argumente tal teoría.

Hace diez años, un científico ruso Peter Turchin, predijo en Nature, una importante revista científica, que era probable que en la década por venir se viviese un periodo de creciente inestabilidad en Europa Occidental y Estados Unidos, esto motivado a la “sobreproducción de jóvenes graduados con títulos avanzados”.

¿Existe alguna manera de predecir los procesos dinámicos de la historia?.
El subsecuente aumento del populismo en Europa, los votos inesperados en 2016 a favor del Brexit,  luego para el presidente Donald Trump en Estados Unidos, sumados a olas de protestas desde los “Gilets Jaunes” en Paris hasta Black Lives Matter, han convertido a Turchin en una especie de Guru en ciertos círculos y ha despertado el interés de los economistas en la disciplina de la “Cliodinámica”, que utiliza las matemáticas para modelar el cambio histórico. El énfasis de Turchin en la «superproducción de élites» plantea preguntas incómodas, pero también ofrece lecciones de política útiles.

Desde la antigua Roma y la China imperial, muestra Turchin, las sociedades han pasado de períodos de estabilidad política a inestabilidad, a menudo a intervalos de unos 50 años. Por ejemplo, en Estados Unidos los republicanos y demócratas se niegan a negociar para lograr un compromiso, probablemente sus intenciones no es llevar a ese país a un default y desencadenar una crisis económica, disturbios generalizados y sangrientos enfrentamientos. No obstante, la mecha esta latente y la cliodinámica indica que posiblemente este país sea vulnerable a un brote de violencia político grave.

¿Qué causa estos tambaleos de la calma al caos?
Turchin ve a las sociedades como sistemas grandes y complejos, manifiesta que sus raíces están en sistemas dinámicos no lineales, enfoque que es completamente diferente al de gran parte de la historia académica. En un artículo publicado este año, Turchin conjuntamente con Andrey Korotayev de la Escuela Superior de Economía de Rusia, examinan la predicción de inestabilidad presentada en 2010. Su modelo de pronóstico contiene muchos elementos, pero al igual que Karl Marx, Turchin parece creer que “la historia de toda la sociedad existente hasta ahora es la historia de las luchas de clases». Sin embargo, Marx se centró, en el proletariado, mientras Turchin está más interesado en la élite y en cómo sus miembros luchan entre sí.

Quién cuenta como la élite y cómo se manifiesta la competencia varía de un lugar a otro, un ejemplo podría ser un gran número de personas con un alto nivel educativo en relación con el número de oficinas gubernamentales y, por tanto, puestos de trabajo. Pero una lucha es más probable cuando la desigualdad económica es alta. Las recompensas por estar en la cima son especialmente lucrativas, tanto en términos de poder adquisitivo como de influencia política, y aquellos que se pierden sienten su pérdida con mayor intensidad. El sentimiento de resentimiento es particularmente fuerte entre las personas criadas para creer que deberían estar en la élite. Peor aún, las sociedades tienden a producir cada vez más aspirantes a élites, en parte porque el acceso a la educación tiende a mejorar con el tiempo. Turchin ve todo esto como una receta para el caos político. La gente articulada y educada se rebela, produciendo una lucha por el poder político y económico. Las élites dejan de cooperar, surgen las contra élites y el orden se rompe.

La sobreproducción de élites también puede ayudar a explicar el malestar que se apodera del mundo rico últimamente. Se ha vuelto extraordinariamente difícil para una persona joven alcanzar el estatus de élite, incluso si trabaja duro y va a la mejor universidad. Los precios de la vivienda son tan altos que solo los herederos tienen la posibilidad de emular las condiciones de vida de sus padres. El poder de unas pocas firmas “superestrellas” significa que hay pocos trabajos genuinamente prestigiosos alrededor. Turchin calcula que cada año Estados Unidos produce unos 25.000 abogados «excedentes». Más del 30% de los graduados británicos están «sobreeducados» en relación con sus trabajos. Todo esto explica de alguna manera una tendencia aparentemente desconcertante: por qué las personas aparentemente acomodadas se sienten atraídas por el radicalismo. Bajo Jeremy Corbyn, el Partido Laborista británico atrajo a más gente de clase media y media alta de lo que solía hacerlo, incluso cuando se movió más a la izquierda de los conservadores, su liderazgo entre los recién graduados fue claro. La ventaja de Joe Biden sobre Bernie Sanders en las encuestas de opinión durante las primarias demócratas fue mucho menor entre los estadounidenses con educación universitaria que entre los que no terminaron la escuela secundaria.

Las teorías de Turchin predicen que los temblores políticos eventualmente disminuirán. “Tarde o temprano, la mayoría de la gente empieza a anhelar el regreso de la estabilidad y el fin de la lucha”. Los datos ya muestran que el apoyo a los partidos populistas de izquierda y derecha en Europa está disminuyendo. Otra opción para quienes buscan evitar la inestabilidad es reducir el número de aspirantes a élites. Boris Johnson, el primer ministro de Gran Bretaña, ha presionado por una mejor educación vocacional, diciendo que «Debemos reconocer que una minoría significativa y creciente de jóvenes deja la universidad y trabaja en un trabajo no graduado».

Es demasiado estulto, apostar a la ignorancia para mantener la estabilidad de las naciones, las élites ilustradas pueden prevenir la aparición de inestabilidad política de formas más eficaces. A principios del siglo XX, los reformadores estadounidenses aumentaron los impuestos a la herencia para evitar el surgimiento de una aristocracia hereditaria y se dedicaron a romper la confianza masiva. La modernización de los sistemas de planificación urbana podría reducir los costos de vivienda, y la desregulación de los mercados laborales ayudaría a crear buenos empleos para las élites “excedentes”. El análisis del Turchin de las fuerzas estructurales que gobiernan las sociedades es una explicación intrigante del malestar político. Pero la cliodinámica no tiene por qué ser el destino.

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Pedro Luis Martín Olivares
Economía y Finanzas

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