Escasez de carbón, covid-19 y problemas de liquidez ahogan al gigante asiático

Pedro Luis Martín Olivares – Cuando el rio suena es porque piedras trae. Y estas últimas semanas parece que China se ha desbordado, tal parece que el armónico cause de este país, desvela lo frágil y cambiante que puede ser un imperio.

La segunda economía más grande del mundo está siendo afectada por una tormenta perfecta y tal parece que se encuentra lejos de salir del ojo de la misma. Tres duros golpes han frenado su crecimiento económico. La escasez de carbón, que representa casi dos tercios de la generación de electricidad de China, ha contribuido a los peores cortes de energía en una década. Y los apagones, a su vez, han perjudicado el crecimiento.

Pero no es sólo el problema eléctrico, la pandemia sigue haciendo estragos, las empresas más grades del sector inmobiliario estén atravesando por serios problemas de liquidez. Debilidades en la economía de China se ponen al descubierto y son muchos los que desean verla caer.

Evergrande es el promotor inmobiliario más grande de China, este imperio posee más de 1.300 proyectos en 280 ciudades de este país, abarca desde la gestión de patrimonios hasta la fabricación de coches eléctricos y de alimentos y bebidas. Incluso posee uno de los equipos de fútbol más importantes del país, el Guangzhou FC. Sin embargo, su crecimiento se expandió de forma tan agresiva, que termino endeudándose en las misma proporcion, contrayendo pasivos por más de 300.0000 millones de dólares. En agosto de 2021, el Financial Times informó de que Evergrande Group enfrenta un número récord de casos presentados por contratistas en los tribunales chinos.

No es la única empresa china que está atravesando por esta situación, las acciones de Kaisa Group, una promotora con sede en Shenzhen, fueron suspendidas de cotización el viernes en Hong Kong. Las filiales de la empresa, también fueron suspendidas de la cotización en la bolsa y aunque Kaisa no reveló más detalles sobre el motivo de la suspensión, el día anterior había dicho que se enfrentaba a una «presión sin precedentes» sobre sus finanzas.

Se estimó que sí Evergrande se hunde, alrededor de 1.500.000 clientes podrían perder depósitos en casas que aún no se han construido. Se especula que la caída del gigante puede provocar un «efecto dominó» en la economía china primero y después en la mundial, de una manera similar a como la caída de Lehman Brothers, siendo esto uno de los factores que provocó una crisis en Estados Unidos y después la Gran Recesión en el mundo en 2008. Sin saber aun cual ha sido la magnitud del desastre económico en el que nos ha sumergido la pandemia, es muy probable que todavía sigamos sin tocar fondo. Sí bien es cierto, que la economía de China parece haber sido la única en mantener un crecimiento pese a los embates del Covid, las reciente cifras publicadas, mostraron que en octubre el crecimiento económico chino se desaceleró al 4,9% en el tercer trimestre, en comparación con el año anterior. La producción industrial se expandió solo un 3,1% interanual en septiembre, más lento que en cualquier mes durante la crisis financiera mundial. Más de un año y medio después del primer ataque del Covid-19, China informa tasas de crecimiento que no se conocían antes de la pandemia.

Es importante considerar primero la crisis energética. Las causas de la escasez de carbón se dividen en dos categorías: estructurales e incidentales.

Las desafortunadas contingencias incluyen inundaciones en la provincia de Henan en julio y en Shanxi este mes, que obligaron al cierre de algunas minas. Además, en Mongolia Interior, que representa aproximadamente una cuarta parte de la producción de carbón de China, una investigación sobre la corrupción ha implicado y paralizado a algunos de los funcionarios que anteriormente podrían haber aprobado expansiones en la minería del carbón. La provincia de Shaanxi, el tercer mayor productor de carbón de China, redujo la producción para mantener el cielo despejado para un evento nacional de atletismo en septiembre, al que asistió el presidente Xi Jinping.

La razón más profunda de la crisis del carbón son los esfuerzos de China por reducir su dependencia del combustible, que es responsable de una gran parte de las emisiones de carbono del país. Las autoridades se han mostrado reacias a aprobar nuevas minas o la expansión de las existentes en los últimos años, porque «claramente está conduciendo el autobús en la dirección equivocada», dice David Fishman de The Lantau Group, una consultora de energía.

Otro golpe a la economía vino de la pandemia. Los brotes de Covid-19, como un grupo que comenzó en Nanjing en julio, provocaron cierres estrictos y localizados, deprimiendo el gasto minorista, especialmente el catering y los viajes. Según Flight Master, un sitio de viajes, las aerolíneas operaban a menos de la mitad de su capacidad total en agosto y a solo dos tercios en septiembre.

El impacto final fue para el sector inmobiliario del país, un motor perenne de crecimiento, empleo, apalancamiento y ansiedad. Los reguladores están tratando de frenar la demanda especulativa de pisos y limitar el endeudamiento excesivo de los constructores de viviendas. Ese esfuerzo por limitar el riesgo financiero ha llevado algunos peligros existentes a un punto crítico. Evergrande no cumplió con el pago de un bono en dólares el 24 de septiembre y ha sido seguida por otras. Algunos compradores de viviendas están ahora comprensiblemente nerviosos por entregar su efectivo a cualquier desarrollador que no esté en el negocio el tiempo suficiente para terminar los proyectos que están vendiendo.
En este contexto, los desarrolladores de China comenzaron un 13,5% menos de viviendas en septiembre que el año anterior y sus ventas, medidas por superficie, cayeron en un porcentaje similar. China también registró fuertes caídas en la producción de cemento, un 13% en septiembre en comparación con el año pasado, y acero que cayó un 14,8%.

La mayoría de los economistas creen que el crecimiento interanual de China se desacelerará aún más en los últimos tres meses del año. Bank of America ha pronosticado un crecimiento del 2,5% en un caso base. China mantendrá su vigilancia contra el Covid-19, y la recesión inmobiliaria tiene que seguir adelante. Pero uno de los tres factores de la tormenta perfecta debería tener al menos un impacto menor en el resto del año. Las centrales eléctricas, a diferencia de los promotores inmobiliarios, han obtenido un alivio tardío de las autoridades superiores. Se ha ordenado a las minas que amplíen la producción. Y el principal organismo de planificación de China amenazó el 19 de octubre con intervenir si los precios del carbón siguen siendo terriblemente altos, lo que provocará una fuerte liquidación de los futuros del carbón.
Esa amenaza de intervención en los precios ascendentes siguió a un gran paso hacia la liberalización posterior. El gobierno dará a las centrales eléctricas más libertad para traspasar los costos más altos a la empresa de la red. También obligará a los clientes industriales y comerciales, pero no a los hogares ni a los agricultores, a pagar los precios de la energía negociados en el mercado, no los establecidos. Estas reformas han estado en proceso durante mucho tiempo. Pero fue necesaria una crisis aguda para forzar el tema. Los responsables de la formulación de políticas podrían haber preferido alguna vez una «implementación mesurada de las reformas de mercado», señala Fishman. Pero las cosas cambiaron “cuando las luces empezaron a apagarse en las fábricas de todo el país”.

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Pedro Luis Martín Olivares
Economía y Finanzas

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