Covid-19 Garantizar la supervivencia: dilema moral entre salvar vidas o salvar la economía

Pedro Luis Martín Olivares - Covid-19 Garantizar la supervivencia: dilema moral entre salvar vidas o salvar la economía

Pedro Luis Martín Olivares – Las barreras que hemos levantado durante años se han derrumbado, los médicos en los hospitales se han visto obligados a tomar decisiones insoportables para garantizar la supervivencia de los pacientes y la crisis actual hace que todas las predicciones y discusiones sobre cuando sería el momento y cuáles serían las razones para una gran recesión han sido desmontadas por el Coronavirus, ¿Covid-19 será el causante de una recesión global? Más temprano que tarde lo averiguaremos, el impacto económico del coronavirus, dependerá de su propagación y de cómo los gobiernos manejen el brote.

La semana pasada conversamos un poco de cómo el virus ha derrumbado murallas y borrado fronteras, a medida que pasan los días y el virus recorre cada parte del planeta y llega rincones inimaginables, cada vez que el epicentro del brote cambia y comienza a causar encierro y pánico, el número de infectados y muertos se eleva y las medidas de los gobernantes son duramente cuestionadas; es más difícil responder nuestra pregunta.

El mundo se debate entre grandes dilemas, es macabro atribuir un número de dólar a la vida humana, la cantidad de personas afectadas han colapsado el sistema de atención médica de países del primer mundo. Por ejemplo, los médicos en Italia donde los recursos hospitalarios como los respiradores escasean, elegir cuál de los pacientes críticos recibe un recurso para salvar su vida presenta un dilema moral. Un dilema moral es una situación en la que una persona se enfrenta a dos opciones mutuamente excluyentes y razones urgentes para elegir cada una de ellas. Con Covid-19, el personal médico se enfrenta al dilema moral de decidir qué persona vive y que persona muere. Y no tomar una decisión oportuna probablemente resultará en la muerte de ambos pacientes.

Sin embargo, elegir entre salvar vidas humanas y salvar negocios no plantea ningún dilema moral, vidas y dinero no pueden ser equiparadas, no obstante, este tipo de pensamiento de suma cero casi nunca ha sido un impedimento para las personas centradas en las aspiraciones políticas o financieras, sin importar el costo humano.

Con más de 650.000 infecciones y más de 30.000 muertos, la epidemia ha sorprendido al mundo, a la fecha ha sido comparada con períodos dolorosos como la Segunda Guerra Mundial, la gripe española o la crisis financiera del 2008. El escenario se complica, no es solo China quien ha tenido que cerrar sus fábricas y ha quedado paralizada casi por completo. El pasado lunes Dow Jones Industrial Average cayó más de 2.000 puntos, por los temores sobre nuevos epicentros de brotes de Covid-19 y los precios del petróleo, los mercados de Europa también cayeron, en una de las peores semanas para las acciones desde la crisis financiera de 2008.

Las medidas que al inicio parecían solo confinar a los países asiáticos y que el mundo veía con consternación, que hoy han sido adoptadas por la mayoría de los gobiernos, la rápida propagación del coronavirus en el último mes y su declaración como pandemia por la  OMS ha provocado pánico en los mercados financieros, fuga de capitales así como devaluaciones de las monedas frente al dólar. El brote está presente en al menos 114 países, ha contagiado a más de 659.000 personas  y ha dejado más de 30 mil víctimas fatales. Luego de Italia tomar la decisión de poner en cuarentena a todo el país y la propagación de la enfermedad en el resto de Europa y Estados Unidos, muchos expertos han considerado que la recesión económica global mundial durante el primer semestre de este año es eminente.

Muchas empresas han pedido a sus empleados que trabajen desde casa medida que puede ser adoptada por un grupo de empresas, y si es válido, porque estás tienen la capacidad para hacerlo, ¿Pero estamos en presencia de un posible colapso?  El cierre de fábricas en todo mundo principalmente en China ha causado problemas en las cadenas globales de producción y distribución, el gigantesco impacto económico del virus no solo ha afectado a las aerolíneas, también a cadenas de hoteles, restaurantes, pequeñas empresas y no tan pequeñas, eventos deportivos; todas estas actividades económicas que proporcionan estabilidad a la economía de un país.

Pero  ya no estamos hablando solo de economías débiles, luego de meses de  hipótesis sobre una posible Gran Recesión, parece ya no ser simples especulaciones, el origen ciertamente es otro, nunca en las últimas décadas, Estados Unidos ha sufrido un deterioro económico tan rápido e impactante como los sufridos en las últimas cinco semanas causado por la crisis de Covid-19. La caída del 30% en el S&P 500 desde su máximo histórico a mediados del febrero, es la caída más rápida en esa escala en su historia, desde el día de San Valentín, se han desvanecido 10 billones de dólares en riqueza de los accionistas. El financiamiento a corto plazo que es una variable vital de las corporaciones se está congelando a medida que la gente retira efectivo de los fondos del mercado monetario para pagar sus gastos básicos. Economías que se estaban recuperando hace tan poco luego de la tregua entre China y Estados Unidos ahora están  enfrente a lo que muchos pueden considerar como lo que podría ser la contracción más profunda de la historia.

El 2008 presento un escenario desesperanzador, pero hoy los estadounidenses están buscando vestigios del pasado que les permita generar un pronóstico sobre que tanto va a enfermar el coronavirus a la economía.  La gran recesión del 2008 fue tan terrible  por lo que costo recuperarse completamente.  El PIB se redujo un 4% en seis semestres alcanzando su máximo a mediados de 2009 y el ingreso nacional no repunto sino hasta finales del 2011. El desempleo aumento casi el 10%, los rendimientos de la deuda de grado de inversión alcanzaron el 9% y los bonos basura alcanzaron el 13,4%. El S&P 500 cayó el 58% para la primavera de 2009, se necesitaron 5 años, hasta el cierre del 2012 para que las acciones recuperaran la cumbre alcanzada a finales de 2007, el nivel alcanzado por primera vez desde 1999.

Pero de alguna manera, esta crisis es más grave que 2008. Esto se debe a que la devastación temprana golpeó mucho más rápido y causó mucho más daño que en 2008. Ha quedado claro que la economía está sufriendo un golpe mucho peor de lo que los analistas esperaban. Los datos de enero y febrero muestran que la producción industrial en China, en donde había sido pronosticada una caída del 3% en comparación con el año anterior, disminuyó un 13,5%. Las ventas minoristas no fueron un 4% más bajas, sino un 20,5%. La inversión en activos fijos, que mide el gasto en cosas como maquinaria e infraestructura, disminuyó un 24%, seis veces más de lo previsto. Eso ha enviado a los pronosticadores económicos del mundo a correr para revisar sus predicciones. Enfrentados a la recesión más brutal en la memoria viva, los gobiernos están estableciendo paquetes de rescate en una escala que excede incluso la crisis financiera de 2007-09.

Mark Zandi, economista jefe de Moody’s Analytics, compara el shock actual con un ataque al corazón. «El corazón de la economía son los mercados crediticios, y estos están bajo ataque por el miedo a los préstamos», dice. «Tenemos que hacer una angioplastia o cirugía valvular, o el corazón se cerrará». Él dice que lo que hace que esta crisis sea tan grave es la falta de tiempo. «En 2008, los mercados crediticios tardaron meses en agotarse». Ahora, dice, Estados Unidos solo tiene días para actuar antes de que la economía entre en paro cardíaco. La Fed y el Tesoro ya han tomado medidas importantes para reforzar el financiamiento  a corto plazo. Pero el voto fallido del Senado sobre un paquete de $ 1.7 billones el 22 de marzo minó la confianza y envió a los mercados de deuda en picada.

Estados Unidos está experimentando un fenómeno completamente nuevo, el cierre casi total de grandes sectores de la economía. Es como si el ataque del 11 de septiembre que detuvo a Estados Unidos durante unos días se haya convertido en una especie de Día festivo en el que los estadounidenses despiertan a la vista de calles vacías y tiendas cerradas que no muestran signos de finalización. «En 2008, no era como si no fuéramos a restaurantes o al gimnasio», dice Jared Franz, economista del gigante de gestión de activos Capital Group. “La gente siguió con su vida diaria. Ahora, las empresas están completamente cerradas, o cerca de eso».

No es de extrañar que los gobiernos opten por  controles más estrictos necesarios para suprimir la pandemia. La supresión tiene la ventaja de que ha funcionado en China. El 27 de marzo, Estados Unidos  agregó 19.187 casos nuevos, mientras que Wuhan 45. China ha registrado un total de poco más de 81,000 casos en una población de 1,4 mil millones de personas. A modo de comparación, el grupo Imperial estimó que el virus dejado solo infectaría a más del 80% de la población en Gran Bretaña y Estados Unidos.

Es por eso que la supresión tiene un aguijón en la cola. Al mantener las tasas de infección relativamente bajas, deja a muchas personas susceptibles al virus. Y dado que el covid-19 ahora está tan extendido, dentro de los países y en todo el mundo, el modelo imperial sugiere que las epidemias regresarían a las pocas semanas de que se levantaran las restricciones. Para evitar esto, los países deben suprimir la enfermedad cada vez que reaparece, pasando al menos la mitad de su tiempo encerrado. Este ciclo de encendido y apagado debe repetirse hasta que se haya encontrado una vacuna, solución que podría tardar meses, si es que funciona.

Pero esto es solo una esperanza, y la esperanza no es una política. La amarga verdad es que la mitigación va a costar demasiadas vidas y la represión puede ser económicamente insostenible. Después de algunas iteraCciones, los gobiernos podrían no tener la capacidad de transportar empresas y consumidores. La gente común podría no tolerar la agitación. El costo del aislamiento repetido, medido por el bienestar mental y la salud a largo plazo del resto de la población, podría no justificarlo.

En el mundo real hay compensaciones entre las dos estrategias, aunque los gobiernos pueden hacer que ambas sean más eficientes. Corea del Sur, China e Italia han demostrado que esto comienza con pruebas masivas. Cuanto más claramente pueda identificar quién tiene la enfermedad, menos dependerá de las restricciones indiscriminadas. Las pruebas para detectar anticuerpos contra el virus, que detectan quién ha sido infectado y recuperado, son necesarias para complementar las de hoy, que solo son válidas justo antes y durante la enfermedad. Eso permitirá que las personas inmunes hagan sus negocios sabiendo que no pueden ser una fuente de infecciones adicionales.

Otra línea de ataque es usar tecnología para administrar cuarentenas y distanciamiento social. China está utilizando aplicaciones para certificar quién está libre de la enfermedad y quién no. Tanto él como Corea del Sur están utilizando big data y redes sociales para rastrear infecciones, alertar a las personas sobre puntos calientes y reunir contactos. Corea del Sur cambió la ley para permitir que el estado obtenga acceso a los registros médicos y los comparta sin una orden judicial. En tiempos normales, muchas democracias pueden encontrar eso demasiado intrusivo. Pero los tiempos no son normales.

Por último, los gobiernos deberían invertir en atención médica, incluso si sus esfuerzos tardan meses en dar sus frutos y tal vez nunca sean necesarios. Deben aumentar la capacidad de atención de los cuidados intensivos. Países como Gran Bretaña y Estados Unidos carecen desesperadamente de camas, especialistas y ventiladores. Deben definir los mejores protocolos de tratamiento, desarrollar vacunas y probar nuevos medicamentos terapéuticos. Todo esto haría que la mitigación fuera menos letal y la represión más barata.

«El coronavirus causará una recesión más profunda y más severa que la Gran Recesión», predijo Noah Smith, un escritor de economía de Bloomberg Opinion. “La pregunta es qué tan rápido nos recuperamos. Esperemos que nos recuperemos más rápido».

Sabías que puedes leer este artículo  y otros en Telegram
Telegram Messenger 1 - Black Friday: ofertas para la comunidad de Bitcoin y criptomonedas

Pedro Luis Martín Olivares
Economía y Finanzas

Sé el primero en comentar en «Covid-19 Garantizar la supervivencia: dilema moral entre salvar vidas o salvar la economía»

Deja un comentario

Tu dirección de correo electrónico no será publicada.


*


*