Continuamos sin aprender del pasado

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Aunque los patrones presentan condiciones similares, seguimos cometiendo los mismos errores.

Pedro Luis Martin Olivares – La pandemia del Covid-19 ha provocado desde principios del año situaciones que la mayoría pensaba que eran inimaginables, Margaret Phels profesora en una sucursal de idiomas en Boston ha quedado recientemente desempleada, cuando su centro, uno de los varios que operaba antes de la pandemia, ha sido cerrado.

Phels, ha intentado buscar otros empleos, pero a los 63 años luego de toda una vida interactuando con niños y jóvenes, se muestra reacia a aceptar trabajos que requieran la interacción pública, por su enfermedad autoinmune; sin embargo, no es lo único que le preocupa también teme que a su edad no sea la mejor opción para un puesto laboral.

El mundo se cerró de pronto, generando situaciones múltiples las cuales hicieron que el sistema que conocíamos colapsará, y a pesar de que en mayo se inició una recuperación progresiva de la económica en algunos países, al comenzar a operar algunos sectores, esta economía del 90% no ha sido suficiente. Pues la pandemia ha dejado a su paso un escenario aun mas desolado que las crisis antes sufridas por la humanidad.

A medida que el Covid-19 y las acciones tomadas por los gobiernos para combatirlo han empujado a muchos empleadores a cerrar sus puertas, dejando así a millones de personas desempleadas o percibiendo bajos salarios, los trabajadores con bajos ingresos, son los mas afectados por la perdida del empleo, la cantidad de empleos perdidos a tiempo completo desde marzo es casi el doble que durante la gran recesión, según un estudio realizado recientemente por la FED, con el 17% de la fuerza laboral a tiempo completo despedida desde casi el inicio de la pandemia, donde además, aproximadamente la mitad no forman parte de las estadísticas por no encontrarse buscando empleo nuevamente.

Muchas empresas se han rendido, sectores que, en teoría, no deberían verse afectados por la pandemia en absoluto, están mostrando patrones similares a una recesión severa. Solo en las últimas semanas, Dunkin’Donuts dijo que cerraría 800 tiendas este año, el gigante petrolero Shell manifestó que estaba recortando 9.000 posiciones, mientras Disney prescindirá de 28.000 puestos de trabajos, el minorista mas antiguo de los Estados Unidos Lord & Taylor solicitará protección por bancarrota.

La Asociación para la Ciudad de Nueva York, un grupo empresarial, proyecta que un tercio de las pequeñas empresas de la ciudad cerrarán definitivamente. En California, los avisos de despidos masivos presentados ante el estado ahora muestran que aproximadamente la mitad de los recortes de empleos son permanentes, frente al 17 por ciento en mayo. El empleo en las sedes corporativas cayó en 92.000 en marzo y abril, otros 4.000 puestos de trabajo se han perdido desde entonces. La contracción del 3.9 por ciento en estos trabajos, típicamente puestos profesionales de cuello blanco, es considerablemente peor que la caída del 2.4 por ciento durante la recesión de 2008.

El sector industrias no escapa de esta realidad, esté emplea a decenas de millones de trabajadores, el cual no ha soportado el cierre prolongado inducido por la pandemia. Se han perdido miles de puestos de trabajo durante el último semestre a tasas consistentes con una grave recesión. La lista es variada, incluye bienes raíces, concesionarios de automóviles, publicidad y construcción pesada. Incluso incluye el transporte por camión, un sector que funciona como el sistema circulatorio de la economía, dado su papel crucial ya que permite todo tipo de comercio.

El coronavirus ha conmocionado la fuerza laboral, en sectores como el transporte aéreo, arte y Entretenimiento, hoteles, restaurantes y educación pública y privada la cantidad de empleos en Estados Unidos fue 4.6 por ciento menor en septiembre que en el mes de febrero. Eso no está lejos de la contracción del 5.3 por ciento en el empleo total que tuvo lugar durante los 18 meses completos de lo que ahora se conoce como la Gran Recesión, y alrededor de tres veces peor que la pérdida de empleos en la recesión de 2001.

En estos momentos, muchos se preguntan cómo se han visto afectados por los acontecimientos actuales. Pero, todavía se desconoce en cuál grado se han visto aquejadas las industrias, ocupaciones y áreas. Tantas preguntas aturden. Lo cierto es, que cuando la economía recupere su plena salud, muchos trabajos dejarán de existir y los trabajadores estadounidenses necesitarán encontrar otros tipos de trabajo, e históricamente, ese tipo de reajustes lleva tiempo. «Esperamos que haya un nuevo estado estable, pero no hasta 2023 o 2024», dijo Sophia Koropeckyj, economista de Moody’s Analytics.

Muchos tipos de empleadores que no se vieron directamente afectados por la pandemia, han recortado empleos a tasas similares a las observadas en otras recesiones profundas. «La gente no se da cuenta de que, si una industria está perjudicada, eso menoscabará a otras industrias que las abastecen y dejarán a la gente sin dinero para gastar», dijo Herron, quien es presidente de la Asociación Nacional de Propietarios de Impresiones. En pocas palabras, cuando se saca de servicio a un gran segmento de la economía durante meses, el impacto no se limita a los trabajadores de esas industrias.

El Departamento de Trabajo de los Estados Unidos dijo recientemente que 2,4 millones de personas habían estado sin trabajo durante las últimas 27 semanas o más y que un aumento mayor esta por suceder, aproximadamente cinco millones de personas están cerca de quedarse desempleadas a largo plazo en los próximos dos meses. Y aunque el informe mostró que incluso cuando los despidos temporales estaban disminuyendo la pérdida de trabajos permanentes aumentan drásticamente. Aun cuando, estos dos problemas, el aumento del desempleo a largo plazo y la pérdida de empleos permanentes, están separados, se encuentran entrelazados y, juntos, podrían presagiar un período de daño económico prolongado y dolor financiero para las familias estadounidenses.

La industria del transporte por carretera en su conjunto sigue operando muy por debajo de sus niveles de febrero, con un descenso del empleo del 5 por ciento y del tonelaje del transporte en agosto del 9 por ciento respecto al año anterior. En Jetco Delivery, una empresa de transporte y logística de 400 empleados en Houston, el negocio se ha recuperado en su mayor parte desde el cierre de primavera, y el empleo solo ha bajado ligeramente, dijo el director ejecutivo de Jetco, Brian Fielkow. Para evitar perder buenos conductores, la empresa ejecutó algunas rutas a precios de equilibrio, eligiendo sacrificar la rentabilidad para evitar la dificultad de volver a contratar cuando las condiciones mejoren.

El Covid-19 ha acelerado algunas de las tendencias que ya estaban en marcha en la categoría de marketing y agencia, algunos de estos trabajos regresarán, pero muchos no. Funciones como el seguimiento y la medición de campañas publicitarias digitales se automatizan cada vez más a medida que mejora el software, lo que significa que se necesitan menos trabajadores.

El sector inmobiliario también está tratando de adaptarse a un futuro incierto, especialmente para los propietarios de inmuebles comerciales. El empleo en la industria de bienes raíces en septiembre estuvo un 3 por ciento por debajo de los niveles de febrero, y hay indicios que disminuirá aún más a medida que más inquilinos se retrasen en su alquiler y los propietarios miren hacia el futuro.

Los cambios son esenciales para que haya una economía dinámica y en crecimiento. En cada recesión, algunos sectores se ven más afectados que otros. La Gran Recesión comenzó con el colapso de la burbuja inmobiliaria y la recesión de 2001 comenzó con el colapso de las empresas puntocom. Los orígenes de la recesión del 2020 pueden ser diferentes a los de las dos recesiones anteriores, pero hasta ahora, la forma en que se está extendiendo de una empresa a otra, y de una industria a otra, parece terriblemente similar.

Como suele ocurrir en las recesiones, la pandemia ha llevado a muchas empresas a acelerar cambios que ya estaban en marcha. Eso implica que incluso a medida que se aflojen las restricciones de salud pública y se acercan las vacunas, el desafío para los responsables de la política económica no es evitar los ajustes estructurales, sino garantizar que se generen incentivos los cuales permitan recuperar a los caídos y no fomentar mausoleos donde reposen enormes placas como recordatorios de lo sucedido.

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Pedro Luis Martín Olivares
Economía y Finanzas

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