Patrones históricos marcan el impacto de la tecnología en la sociedad

Pedro Luis Martín Olivares - Patrones históricos marcan el impacto de la tecnología en la sociedad
Pedro Luis Martín Olivares - Patrones históricos marcan el impacto de la tecnología en la sociedad

Pedro Luis Martín Olivares – En los últimos años, la tecnología ha sido decisiva en nuestra vidas, ha transformado la manera en que trabajamos, la naturaleza del aprendizaje, la forma en la que nos divertimos y hasta nos ha permitido vivir con comodidad. Pero esto no acaba aquí, nuestras demandas de tecnología siguen aumentando, hemos llegado  a un punto donde la tecnología y la vida humana no pueden ser separadas, la sociedad tiene una codependencia cíclica de la tecnología.

Por otra parte lo que es conveniente para unos, pudiese ser que para otros no lo es tanto, las tecnologías que se espera dominen la nueva década también parecen arrojar una sombra oscura; estas han causado muchas preocupaciones, se esperaba que las redes sociales unirían a las personas, pero han generado un efecto contrario, en la primavera árabe de 2011 fueron aclamados como una fuerza liberadora. Pero su mala aplicación ha resultado en que los usuarios hayan visto expuestas sus vida y su privacidad.  Muchos padres están preocupados por los teléfonos inteligentes, las familias hoy se sientan a la mesa a cenar, sin embargo, no existe el contacto visual, nuestros hijos, hasta nosotros mismos nos hemos convertido en zombis adictos a una pantalla.

Las nuevas tendencias en el mundo de los negocios luego de la recesión y la contracción del mercado producto de la crisis económica mundial del 2008, han generado notables oportunidades, el comercio electrónico, el transporte usando aplicaciones y la economía Gig, han permitido transformar la vida de muchos seres humanos; sin embargo, esto también ha generado inconformidades y detractores, estas han sido señalados por los bajos salarios ofrecidos a los empleados, por incentivar la inestabilidad laborar y de obstruir las calles con vehículos, por mencionar algunas reacciones.

En materia de política y relaciones diplomáticas la inteligencia artifical (AI) también ha hecho estragos, la 5G esta en medio de la guerra comercial entre China y Estados Unidos. Irónicamente las encuestas manifiestan que las empresas de internet son menos confiables que la industria bancaria;  en  estos  momentos  los bancos elaboran intrincadas estrategias para renovarse como empresas tecnológica; los golosos de internet han mutado como los nuevos bancos, estos gigantes de la tecnología son demasiado grande, Amazon, Apple, Microsoft y Alphabet han experimentado un crecimiento sorprendente en los últimos años, de hecho se han convertido en las cinco empresas más valiosas que cotizan en la bolsa, además han obtenido un enorme poder político y social sobre una buena porción del mundo más allá de la industria tecnológica.

Nos debatimos en un mundo donde no sabemos hasta donde nos beneficia la tecnología y cuando comienza a perjudicarnos. El uso de la tecnología ha traído impactos positivos en la sociedad, ella ha mecanizado la agricultura, he mejorado el transporte, la comunicación, el proceso de educación y aprendizaje. Pero a mayor demanda de nuevas tecnologías y avance de las tecnologías actuales, mayor presión ejercemos sobre los recursos naturales de la tierra. La demanda de los dispositivos tecnológicos es alta y para mantener esta demanda, se tiene que explotar a la Madre Naturaleza, para poder obtener el aluminio entre otros materiales, con las prácticas agrícolas intensivas, se agotan los suelos, es por ello que se  hace necesario el uso de fertilizantes comerciales pero también el uso de estos fertilizantes que poseen químicos, son peligrosos para el suelo y la vida humana y bueno la contaminación pasa factura.

En la década de 1970, el desánimo fue provocado por las preocupaciones sobre la sobrepoblación, el daño ambiental y la posibilidad de inmolación nuclear. La década de 1920 fue testigo de una reacción violenta contra los automóviles, que anteriormente se había visto como una respuesta milagrosa a la aflicción de los vehículos tirados por caballos, que llenaron las calles de ruido y estiércol, y causaron congestión y accidentes. Y la plaga de la industrialización fue denunciada en el siglo XIX por los luditas, los románticos y los socialistas, quienes se preocuparon, con buena razón, por el desplazamiento de artesanos calificados, el despojo del campo y el sufrimiento de las manos de las fábricas que trabajaban en las fábricas de humo.

Por lo antes expuesto, son varias las interrogantes que pueden surgir, en un panorama plagado de contradicciones ¿Cómo debemos sentirnos?¿Deberíamos sentirnos alentados o alarmados por las tendencias históricas?¿Es el optimismo o el pesimismos la conclusión racional de nuestro momento?.  En cada uno de estos casos históricos, la decepción surgió de una mezcla de esperanzas no realizadas y consecuencias imprevistas. La tecnología desata las fuerzas de la destrucción creativa, por lo que es natural que conduzca a la ansiedad. Para cualquier tecnología, sus inconvenientes a veces parecen ser mayores que sus beneficios. Cuando esto sucede con varias tecnologías a la vez, como hoy, el resultado es un sentido más amplio de tecnopesimismo.

Frecuentemente tendemos a exagerar, y es probable que esta negatividad y pesimismo pudiese ser producto de que las personas se centran demasiado en los inconvenientes de una nueva tecnología. Las preocupaciones sobre el tiempo frente a la pantalla deben compararse con los beneficios mucho más sustanciales de la comunicación ubicua y el acceso instantáneo a la información y el entretenimiento que los teléfonos inteligentes hacen posible. Otro peligro es que los esfuerzos luditos para evitar los costos a corto plazo asociados con una nueva tecnología terminarán negando el acceso a sus beneficios a largo plazo, algo que Carl Benedikt Frey, un académico de Oxford, llama una «trampa tecnológica». El temor de que los robots roben los trabajos de las personas puede llevar a los políticos a gravarlos, por ejemplo, para desalentar su uso. Sin embargo, a la larga, los países que deseen mantener su nivel de vida a medida que su fuerza laboral envejezca y se reduzca necesitarán más robots, no menos.

Eso apunta a otra lección, el remedio a los problemas relacionados con la tecnología a menudo involucra más tecnología. Las bolsas de aire y otras mejoras en las características de seguridad, por ejemplo, significan que en Estados Unidos las muertes en accidentes automovilísticos por cada mil millones de millas recorridas han disminuido de alrededor de 240 en la década de 1920 a alrededor de 12 en la actualidad. La IA se está aplicando como parte del esfuerzo para detener el flujo de material extremista en las redes sociales. El último ejemplo es el cambio climático. Es difícil imaginar una solución que no dependa en parte de las innovaciones en energía limpia, captura de carbono y almacenamiento de energía.

Hoy enfrentamos desafíos diferentes, problemas causados por nuestra propia incapacidad de apreciar las consecuencias  de nuestros actos, nuestros valores como individuos pudiesen permitirnos que la ideología triunfe sobre la ciencia y que nos aleje de problemas de grandes magnitudes que solo pueden ser causados por nosotros mismos,  esta es la lección más importante sobre la tecnología misma. Cualquier tecnología poderosa puede usarse para bien o para mal. Internet difunde la comprensión, pero también es donde los vídeos de personas decapitadas se vuelven virales. La biotecnología puede aumentar el rendimiento de los cultivos y curar enfermedades, pero igualmente podría conducir a armas mortales. La tecnología en sí misma no tiene agencia: son las elecciones que las personas hacen al respecto las que dan forma al mundo.

Es probable que  la verdadera fuente de ansiedad no sea la tecnología en sí misma, sino las crecientes dudas sobre la capacidad de las sociedades para mantener este debate y encontrar buenas respuestas. En ese sentido, el tecnopesimismo es un síntoma del pesimismo político. Sin embargo, hay algo perversamente tranquilizador sobre esto: un debate sombrío es mucho mejor que ningún debate. Y la historia todavía defiende, en general, el optimismo.

La transformación tecnológica desde la Revolución Industrial ha ayudado a frenar los males antiguos, desde la mortalidad infantil hasta el hambre y la ignorancia. Sí, el planeta se está calentando y la resistencia a los antibióticos se está extendiendo, pero la solución a tales problemas requiere el despliegue de más tecnología, no menos. Entonces, a medida que transcurre la década, hay que dejar a un lado la penumbra por un momento. Estar vivo en la década de 2020 obsesionada por la tecnología es estar entre las personas más afortunadas que hayan vivido.

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Pedro Luis Martín Olivares
Economía y Finanzas

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