La inflación y sus puntos de equilibrio

¿QUÉ ACOMPAÑARÁ CONSIGO AL AUGE ECONÓMICO POST-PANDÉMICO?

Pedro Luis Martín Olivares – Sí se tuviera que elegir una empresa emblemática, del viaje salvaje en el cual han estado los mercados financieros, sería Carnival.

Cuando la pandemia se apoderó de sus cruceros, estos fueron considerados como placas flotantes. Sin embargo, en abril pasado pudo reunir capital, ya que el mercado de bonos corporativos se descongeló. Más recientemente, recaudó $ 3.5 mil millones a la mitad de la tasa de interés que pagó el año pasado. Ahora de todo lo que se habla es sobre la demanda reprimida del consumidor y la inflación que desencadenará. Las reservas de Carnival para la primera mitad de 2022 están por encima de su nivel en 2019. La compañía ha capturado el espíritu del mercado una vez más.

Si nos podemos maravillar con la velocidad del cambio de fortuna de la empresa, es necesario añadir también otro cambio de rumbo. La brecha de rendimiento entre los bonos del Tesoro a diez años protegidos contra la inflación y los bonos convencionales del mismo vencimiento, es una medida de las expectativas de inflación a largo plazo. Estos “puntos de equilibrio” de la inflación se han disparado al 2,2% desde un mínimo de sólo 0,5% en marzo pasado.

Expertos sugieren de un regreso a la inflación al estilo de la década de 1970. En Estados Unidos, los grandes paquetes de estímulo fiscal parecen llegar de manera inoportuna por sus atrasos, uno tras otro. Se superponen a una relajación monetaria sin precedentes y a un compromiso de la Reserva Federal de tolerar una inflación superior al 2% durante un tiempo. El argumento a favor de una inflación más alta parece más convincente de lo que ha sido durante años. Pero los puntos de equilibrio no dirán mucho sobre si podría sostenerse. Son demasiado volátiles para ser una guía confiable.

Un salto en la inflación anual parece asegurado. En el mercado petrolero, en la primavera pasada, cuando los tanqueros llegaron a los puertos, hubo un exceso de crudo almacenado, permaneciendo en los buques tanque. El precio del petróleo de un mes antes se volvió negativo brevemente. Un año después, los inventarios están cayendo. El precio del barril de crudo Brent ha superado los 60 dólares. La tendencia se refleja en el aumento de los precios de otros productos básicos. Eso impulsará las comparaciones interanuales de precios y, por lo tanto, la inflación anual. Los mercados de productos básicos ofrecen un modelo de lo que aún podría suceder en la economía en general: un aumento en la demanda se encuentra con una oferta limitada, lo que lleva a la inflación.

En el modelo de banca central, las expectativas se cumplen por sí mismas: las empresas fijan precios y salarios de acuerdo con la inflación que esperan. Sin embargo, sería imprudente poner demasiada fe en los puntos de equilibrio. A menudo reflejan influencias del mercado que son sólo tangenciales a la inflación futura. Gran Bretaña por ejemplo, en la legislación de 2004 obligaba a los fondos de pensiones a hacer coincidir sus activos con sus promesas a largo plazo. Esto, a su vez, estimuló la demanda de bonos indexados a largo plazo, y la oficina de gestión de la deuda emitió muchos más. A pesar de esta emisión, la demanda de protección contra la inflación a lo largo del tiempo ha reducido los rendimientos reales a niveles inusualmente bajos y ha elevado los puntos de equilibrio.

En Estados Unidos, el precio del petróleo parece tener una influencia enorme en los puntos de equilibrio. Un modelo simple basado en el precio del petróleo y el dólar sigue de cerca las medidas del mercado de la inflación esperada, esto según una nota reciente de Steven Englander del banco Standard Chartered. Su modelo, basado en datos de 2006 a 2016, predice bastante bien el reciente aumento de los puntos de equilibrio. Las fuertes subidas del precio del petróleo tienden a impulsar la inflación, pero el efecto es temporal. No deberían influir en los puntos de equilibrio a mediano plazo, pero en la práctica lo hacen.

Los bonos responden a los cambios en el apetito por el riesgo de formas que también tienen implicaciones para los puntos de equilibrio implícitos, dice Eric Lonergan de M&G, un administrador de fondos. El Tesoro a diez años es el activo seguro por excelencia. Es líquido y los inversores lo utilizan como protección contra movimientos extremos en los precios de las acciones. Cuando el mercado de valores cae con fuerza, como lo hizo en marzo pasado, el precio de un bono del Tesoro a diez años típicamente se recupera y el rendimiento colapsa, ya que los inversores buscan seguridad. Pero a medida que regresa el apetito por el riesgo, el efecto se relaja. La curva de rendimiento se ha pronunciado, es decir, los rendimientos de los bonos a más largo plazo han aumentado en relación con los de los bonos a más corto plazo, como suele ocurrir al comienzo de una recuperación económica. Un corolario es que también han aumentado los puntos de equilibrio. Pero esto es principalmente el resultado de un cambio de actitud hacia el riesgo, más que las previsiones de inflación.

A pesar de todas sus deficiencias, los puntos de equilibrio de la inflación se siguen de cerca. Todo el edificio de los precios de los activos, desde las acciones hasta las viviendas, se basa en tasas de interés bajísimas y, por tanto, en una inflación inactiva. Antes de la pandemia, los mercados financieros eran propensos a paros periódicos de crecimiento los cuales asustaban a los mercados de valores. Ahora parece que estamos preparados para una serie de sustos inflacionarios. Y los cruceros de Carnival ni siquiera están todavía en el mar.

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Pedro Luis Martín Olivares
Economía y Finanzas

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