Pedro Luis Martín Olivares – Ayer, el gobernador de Texas Greg Abbott (R) emitió la Orden Ejecutiva GA 40, que prohíbe a cualquier entidad en Texas, incluidas las empresas privadas, exigir que los empleados o clientes se vacunen contra COVID-19. El gobernador también pidió a la Legislatura de Texas, que se encuentra actualmente en su tercera sesión especial, que apruebe una ley en el mismo sentido.
Curiosamente, la Orden Ejecutiva parece permitir mandatos limitados del empleador, pero requiere una exención para aquellos que «se oponen a dicha vacunación por cualquier motivo de conciencia personal, basado en una creencia religiosa o por razones médicas, incluida la recuperación previa de COVID-19».
Aunque la Orden Ejecutiva dice que la vacunación es «fuertemente recomendada», el incumplimiento puede someter al empleador a una multa de hasta $ 1,000. (Pero no la prisión).
¿Qué sigue?
La Orden Ejecutiva del gobernador Abbott parecería poner a los empleadores de Texas en una especie de aprieto, particularmente aquellos que ya tienen políticas de vacunas obligatorias y aquellos que han estado planeando implementar tales políticas. Mientras tanto, la Administración Biden ha emitido Órdenes Ejecutivas que requieren la vacunación para los trabajadores del gobierno federal, para los empleados de algunos contratistas federales y para los trabajadores de la salud cuyos empleadores reciben fondos de Medicare o Medicaid. El Presidente también ordenó a la Administración de Salud y Seguridad Ocupacional que emita una Norma Temporal de Emergencia que requiera la vacunación que se aplicaría a todos los empleadores con 100 o más empleados.
La guía federal que tenemos ahora hace excepciones para los empleados que necesitan acomodación por razones médicas o religiosas. Sin embargo, no hay excepción para los empleados que se oponen a la vacunación por «cualquier motivo de conciencia personal», lo que podría incluir razones políticas y temor generalizado sobre la seguridad de las vacunas, entre otras razones.
Se espera que la Orden Ejecutiva del gobernador Abbott haga las cosas aún más difíciles y confusas para los empleadores en Texas. Pero su orden también puede ser la preparación para un desafío legal a la norma de OSHA una vez que se emita la norma.
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Pedro Luis Martín Olivares
Economía y Finanzas
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