Pedro Luis Martín Olivares – En China alrededor de 7.700 millones de dólares han generado las llamadas «visas de oro», que funcionan como intercambio de residencia a cambio de inversiones para el gigante asiático.
Más de 10 mil chinos han invertido en la última década alrededor de 24.000 millones de dólares en este programa, según un estudio realizado por la Associated Press.
Un ejemplo de como funciona este sistema, el cual genera tanto movimiento económico en China y en Estados Unidos, es el de Jenny Lu, una chica que busca un doctorado en la ciudad oriental de Nanjing y que tuvo que vender su departamento hace dos años y se mudó de nuevo con sus padres. Ese dinero de la venta lo uso para invertir 500.000 dólares en un proyecto hotelero en Estados Unidos. Si ese proyecto genera suficientes empleos en dos años, recibirá la preciada «tarjeta verde» de residencia y despejará el camino para poder educar a su hijo en EE.UU, como desea.
«Mi hijo tiene que hacer muchas tareas todos los días, pero no creo que esté aprendiendo demasiado en la escuela. Espero que pueda recibir conocimientos o que desarrolle habilidades más útiles en lugar de aprender solamente cómo pasar exámenes», dijo Lu.
Este interesante programa ha generado que miles de chinos escalen hasta la clase social media, transformando a su país en grandes oportunidades para inversionistas, sin embrago, muchas familias se han tenido que someter a estar en ciudades contaminadas, donde la vivienda es muy costosa y las escuelas cada vez más exigentes. Además no saben hasta qué punto sus propiedades están seguras.
Es importante resaltar que su dinero es invertido en bonos del gobierno, centros de esquí, proyectos de bienes y raíces.
También es de destacar que estos inversionistas que apuestan a las «visas de oro» son personas que buscan la felicidad que no tienen en su país, pero que no personas que huyen de la pobreza ni de guerras.
Pedro Luis Martín Olivares
Economía y Finanza
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