Ningún gobierno del mundo, electo democráticamente, estuvo sometido durante el año 2016 a amenazas constantes de derrocamiento, tanto internas y externas, como el de Nicolás Maduro. Y aquí está su gobierno, funcionando y saliendo de la tempestad.
En el plano económico, el año 2016 se caracterizó por una tendencia a la baja de los precios internacionales del petróleo. A final de año, el precio del petróleo en el mercado internacional mostró una leve recuperación, producto principalmente de las expectativas favorables de la demanda mundial, sumado al acuerdo de recorte de producción tanto en el seno de la OPEP, como en los países no pertenecientes a esa organización. En efecto, en las dos primeras semanas de diciembre el precio promedio de la cesta de exportación de petróleo venezolana se situó por arriba en 5,4 US$/b del precio promedio del mes de noviembre. De cumplirse los acuerdos de producción; de conservarse el nivel actual de producción de petróleo en los Estados Unidos; y de mantenerse las expectativas favorables de un mejor desempeño económico mundial, el precio de la canasta petrolera venezolana podría detener su trayectoria decreciente y reducir su volatilidad para el primer trimestre del año 2017.
El promedio anual del precio de la canasta petrolera venezolana en el año 2016 se ubicó en US$/b 35,4 inferior en USS/b 9,3 al precio promedio del año 2015. La caída de los precios y la poca capacidad para incrementar las exportaciones petroleras han sido las principales causas de la caída acumulada de US$ 4,7 miles millones de las reservas internacionales en el año 2016. A la fecha el saldo de las reservas internacionales se ubica en US$ 11.727 millones.
La debilidad de nuestro bolívar, no sólo es el reflejo de la alta dependencia de la economía venezolana a las exportaciones petroleras, las cuales corresponden al 94% del total de las exportaciones, sino también de una economía con poca diversificación productiva. En efecto, acorde a la III encuesta trimestral del año 2016 de opinión de la industria manufacturera privada, la utilización de la capacidad instalada de la industria se ubicó en 39,1%. Los encuestados manifestaron que en promedio dicho porcentaje de utilización implica una caída del 18% con respecto al III trimestre del año 2015. En este sector, las expectativas de incremento en las exportaciones son pocas: el 47% de los encuestados manifestaron que aumentará un poco las exportaciones, mientras que el resto de los entrevistados, 63%, respondieron que las exportaciones se mantendrán iguales o disminuirán. La dinámica de cartera de pedidos no muestra señales de recuperación, el 81,1% de los industriales señalaron que la demanda de sus productos es menor.
Si el empresariado venezolano de manera general acepta el reto de pasar a ser empresarios no rentistas y cambian de modo conspiración a modo empresarial, entonces se podrán desarrollar políticas públicas orientadas a generar incentivos para golpear la poca diversificación productiva y aumentar la producción, y en consecuencia bajar la dependencia de la economía venezolana a las exportaciones petroleras.
Pedro Luis Martín Olivares
Economía y Finanzas Globales
Sé el primero en comentar en «Balance Económico 2016»