Una lapidaria May asegura que tras el brexit no volverán al intervencionismo

Pedro Luis Martín Olivares - Una lapidaria May asegura que tras el brexit no volverán al intervencionismo

Pedro Luis Martín Olivares – Si lo dice por algo es. La primera ministra británica, Theresa May, aseguró de manera enfática que el Reino Unido «no caerá en el intervencionismo estatal fallido de los años 70» tras el brexit.

No obstante, advirtió que sí tomará, aunque si tomará «decisiones estratégicas» para apuntalar a algunos sectores económicos.

May resguardó al sector empresarial que representa a  unas  190.000 sociedades, un Estado «con influencia» que discipline a los sectores más desprovistos de la economía, pero siempre manteniendo la liberalización del mercado.

May cree en el mercado libre y “no tratará de proteger la economía de las fuerzas del mercado», afirmó.

Después de cinco años de crisis, la economía británica ha repuntado con fuerza desde 2013, con un crecimiento económico más dinámico que el de otras grandes economías. El 23 de junio de 2016, en un referéndum, el Reino Unido votó a favor de abandonar la Unión Europea («Brexit»).

A pesar, en 2016 el crecimiento económico del país se elevó a cerca de 2% del PIB, estimulado por el consumo privado y el vigor del sector de servicios. Sin embargo, el crecimiento debiera disminuir en 2017 (previsión de +1,1%).

Aunque el país no dejará oficialmente la UE en los próximos años, la incertidumbre que implica este proceso puede tener consecuencias en la economía.

Ciertas organizaciones internacionales prevén que el Brexit lentificará el crecimiento del Reino Unido en los próximos años, mientras que otros analistas contestan estas conclusiones.

El voto del Brexit obligó al primer ministro David Cameron a dimitir. Su antigua ministro del interior, Theresa May, lo reemplazó en julio de 2016.

May preconiza una ruptura clara con la Unión Europea, además de poner fin a la libre circulación de ciudadanos europeos y a la dependencia de la Corte de Jusitica de la UE.

El Brexit podría poner en peligro el estatus de Londres como capital financiera de la eurozona. La UE le indicó al Reino Unido que, sin la libre circulación de personas, no podrá acceder libremente al mercado único. Los buenos resultados económicos tras el Brexit constituyen sin embargo un punto positivo para el gobierno.

Además, la determinación de EDF de invertir en la central nuclear de Hinckley Point, y la decisión de Facebook y Google de construir sus nuevas oficinas centrales en Londres, constituyen señales de confianza. Sin embargo, la libra esterlina se ha devaluado en cerca de 20% desde el Brexit.

Esto corre el riesgo de degradar el poder adquisitivo de los hogares, encarecer el costo de las importaciones y aumentar la inflación, que podría llegar a 2 ó 3% en 2017. Como consecuencia de la salida de la UE, el gobierno anunció en noviembre que tomará un préstamo no previsto de 122 mil millones GBP. Por otra parte, la deuda debiera aumentar y representar 90% del PIB en 2017. En adelante, el gobierno desea suavizar su rigor, y el déficit presupuestario podría llegar a 2,9% en 2017 (a diferencia del 2% previsto inicialmente). Ç

Así, el gobierno ya no indica un plazo preciso para volver al equilibrio presupuestario. Aunque el control del gasto social se mantiene, algunas medidas han sido tomadas pensando en los trabajadores pobres.

El Estado anunció un plan de inversión en infraestructuras para 2017, buscando principalmente reforzar la productividad de su economía. Actualmente, la productividad es relativamente débil y las infraestructuras insuficientes. Además, la elevada deuda de los hogares (125% del PIB) implica un riesgo de burbuja inmobiliaria.

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Pedro Luis Martín Olivares
Economía y Finanzas

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