Washington D. C. (Pedro Luis Martín Olivares) Steven Mnuchin, Secretario de Estado del Tesoro, ha confirmado que el tipo federal del Impuesto de Sociedades será del 15%.
Este descenso supone una caída de 20 puntos porcentuales respecto al tipo vigente en la actualidad que se encuentra en el 35%.
Además, el funcionario estadounidense promete que “está reforma tributaria será la mayor de toda la historia”.
Además, Donald Trump planea aprobar un impuesto del 10% sobre los más de 2,6 billones de dólares que acumulan en el extranjero.
El conocido como ‘impuesto de repatriación’ será una fuente de ingresos que compensará el recorte en el Impuesto de Sociedades.
Este impuesto gravará la parte de esos beneficios que sean repatriados a EE. UU. en forma de dividendos.
La gran propuesta
El principal asesor económico de Trump, Gary Cohn, y el secretario del Tesoro, Steven Mnuchin, se reunieron con los líderes del Congreso el martes por la noche para una vista preliminar de la amplia propuesta de impuestos que presentó Trump.
El plan propone reducir el tipo impositivo máximo a la renta de las empresas de ‘transferencia’ -una categoría que incluye los comercios familiares, los fondos de cobertura y el imperio empresarial de Trump- al 15%, desde el 39,6%.
Después de la sesión del martes por la noche, “todos están al tanto” respecto al anuncio de Trump, dijo el representante, aunque no necesariamente de acuerdo con su contenido. Se espera que el plan también incluya una tasa impositiva del 15% para las corporaciones, pero no incluirá la propuesta de impuestos de ajuste en frontera que el presidente de la Cámara, Paul Ryan, ha defendido.
“La Cámara no ha renunciado a ese tema, pero sí se reconoce que necesita trabajo”, dijo el senador Orrin Hatch, republicano de Utah que preside el Comité de Finanzas del Senado, quien asistió a la reunión con Cohn y Mnuchin.
Objetivo de Trump
Al igual que con otras partes de su plan de impuestos que se han filtrado, la propuesta de Trump de fijar un impuesto del 10% a las ganancias repatriadas de las compañías es un punto que ya había mencionado durante su campaña. El gravamen supone un intento de conciliar una peculiaridad del sistema tributario estadounidense.
A diferencia de la mayoría de los países desarrollados, Estados Unidos aplica un Impuesto de Sociedades del 35% a las ganancias globales de las empresas, no sólo a los ingresos en Estados Unidos.
Sin embargo, las compañías pueden diferir los impuestos sobre sus ganancias en el extranjero hasta que decidan transferir esos beneficios al país, o “repatriarlos”.
En su afán por aplazar los pagos de impuestos, las empresas han acumulado unas ganancias estimadas de 2,6 billones de dólares en el exterior, aunque Trump ha dicho en repetidas ocasiones que él cree que la cifra es mucho mayor.
Los economistas opinan que eliminar el desincentivo fiscal a la repatriación estimularía la economía estadounidense al fomentar la inversión interna, aunque también es posible que gran parte del dinero se destine a recompras de acciones o dividendos a los accionistas.
Pedro Luis Martín Olivares
Economía y Finanzas
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