Pedro Luis Martín Olivares – La diferencia entre los gastos corrientes del Estado Argentino y su recaudación de impuestos cada vez es más amplia y por lo tanto, preocupante.
Es lo que se conoce como déficit primario, que en el caso de Argentina se incrementó un 21,4 por ciento durante los primeros siete meses de 2017 hasta alcanzar los 9.730 millones de dólares.
En efecto, el Ministerio de Finanzas mediante un comunicado remarcó que en el acumulado de los primeros siete meses del año el resultado primario se ubicó en 166.375,2 millones de pesos implicando un incremento de 21,3 por ciento.
Como se sabe, la utilidad del déficit primario es que recoge los pagos y cobros sobre los que el gobierno tiene control.
El gobierno puede variar su nivel de gasto y los impuestos que recauda a través de su política fiscal.
Por ello no se recoge en el déficit primario el pago de intereses de la deuda, ya que no dependen de la actuación del gobierno en el periodo, sino que están comprometidos con anterioridad. Cuando los intereses se incluyen en el déficit hablamos de déficit fiscal.
El déficit primario resulta importante a la hora de calcular la sostenibilidad de la deuda pública.
Si un gobierno cosecha déficits primarios año tras año, deberá endeudarse para mantener poder hacer frente a sus gastos.
En cambio, si un gobierno obtiene un superávit primario (recaudación > gastos) generará recursos con los que podrá pagar los intereses de la deuda.
El ejemplo clásico del uso del déficit primario es el siguiente: si un gobierno recauda $100 en impuestos y gasta $120 en pagar a los funcionarios y en sus políticas, el déficit primario será de $20 ($120 – $100). Los $20 de déficit deberán financiarse emitiendo moneda o deuda.
Si un estado incurre en déficits primarios de forma continuada y los financia emitiendo deuda, su proporción de deuda sobre el PIB tenderá a subir. A largo plazo esto resulta insostenible.
Así, el déficit primario en este tiempo alcanzó el 1,7 por ciento del Producto Interior Bruto (PIB) «mientras que la meta acumulativa para el tercer trimestre es 3,2 por ciento del PIB», sostuvo el ministerio.
El sector público no financiero registró en julio un déficit primario de 22.090 millones de pesos (1.292 millones de dólares), un 9,3 por ciento menos que en el mismo mes de 2016.
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Pedro Luis Martín Olivares
Economía y Finanzas
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