Pedro Luis Martín Olivares – Jean-Claude Juncker, presidente de la Comisión Europea (CE), está insatisfecho, decepcionado con las propuestas hechas por el Reino Unido, de cara al Brexit.
Y es que en plena tercera ronda de conversaciones sobre su salida de la Unión Europea, discurre que los documentos de trabajo presentados por el Gobierno británico «no son satisfactorios».
Se dice que su señalamiento recoge en cierta forma, el sentimiento dominante en Bruselas, donde sostienen que Londres debe «empezar a negociar con seriedad» una disolución que urgirá acuerdos en materia de ciudadanía, Irlanda y obligaciones financieras, antes de discutir el encaje comercial.
Así que tal panorama tiene muy preocupado a Jean-Claude Juncker. De hecho, el jefe de la Comisión defendió la necesidad de ser claros como el agua: no se iniciará negociación alguna sobre la nueva relación, especialmente sobre la futura relación económica y comercial, hasta que se hayan resuelto» los tres pilares exigidos en la fase inicial.
El ministro de Asuntos Exteriores y de Cooperación, Alfonso Dastis, ha recordado este miércoles que la Unión Europea (UE) «nació sin el Reino Unido» y, por tanto, considera que puede continuar existiendo «perfectamente» sin los británicos.
Para el titular de Exteriores, los británicos han tomado una decisión «soberana», pero, a su juicio, «errónea», que Europa «no ha alentado» ya que preferiría «que no se hubiera producido».
Alfonso Dastis ha asegurado que los británicos nunca han estado «completamente a gusto» en la UE, y achaca en parte a ello la decisión de salir, con la que el Reino Unido «va a tirar por la borda» siglos de diplomacia en Europa.
«Siempre han intentado el ‘divide y vencerás’ y estar presente para gestionar las alianzas europeas y que no se volvieran en su contra, pero ahora corren el riesgo de facilitarlo con esta operación», ha indicado.
Además, el ministro ha mostrado su rechazo a las quejas sobre lo que le cuesta económicamente a España o a otros países miembros su pertenencia a la UE porque opina que sale «bastante barato» si se compara con lo que «realmente» vale.
Efectivamente, las críticas por la indeterminación británica habían sido una constante desde antes incluso de la activación formal del Brexit el pasado 29 de marzo.
De hecho, el Ejecutivo no ha perdido tiempo en rebatirlas antes del reinicio de las conversaciones que se retomaron el pasado lunes difundiendo para ello una batería de documentos en los que especificaba su posicionamiento en áreas clave como la interacción en materia de aduanas, o la frontera con Irlanda.
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Pedro Luis Martín Olivares
Economía y Finanzas
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