Pedro Luis Martín Olivares – Los iraníes y algunos analistas occidentales culpan al presidente Trump – de nuevo «el Gran Satán»- que en su día calificó el acuerdo nuclear con Teherán como «un gran desastre», y ha encargado a su gobierno que estudie cómo denunciarlo.
La expectativa de que Estados Unidos imponga de nuevo sanciones al comercio con Irán disuade a las 29 compañías energéticas mundiales, que optan a los contratos de estudio y explotación de los grandes yacimientos persas de petróleo y gas.
Según informa Reuters, las firmas exigen garantías a Washington, y al mismo tiempo cláusulas de rescisión de inversiones a Irán en caso de que se reinstalen las sanciones.
Esto conlleva muchas dificultades y suspicacias en un régimen, como el iraní, convertido en un laberinto de tensiones internas entre los políticos «reformistas«, fieles a Rohani, y los de la línea dura del Ayatolá Jamanei, Líder Supremo religioso.
La proximidad de las elecciones presidenciales, previstas para este viernes, y la posibilidad de que se alce con la victoria el candidato más integrista, es otro elemento disuasorio desde hace tiempo para la conclusión de acuerdos de inversión con las compañías internacionales.
El sector duro está respaldado por algunas instituciones del régimen teocrático como la Guardia Revolucionaria, que cuenta con intereses económicos en Irán, también en el sector del gas y el petróleo, y critica las condiciones «ventajosas» que el gobierno está ofreciendo a las firmas europeas.
Pedro Luis Martín Olivares
Economía y Finanza
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