Pedro Luis Martín Olivares – Italia está aprovechando la oportunidad para posicionarse dentro de las mejores economías europeas y así lo demuestran los índices de confianza del sector empresarial y los consumidores.
Tales indicadores incrementaron en el octavo mes de este año a 107 y 106,9 puntos respectivamente, de acuerdo a las cifras suministradas por el Instituto Nacional de Estadísticas (Istat).
Contextualizando, la economía de Italia es la octava más grande a nivel mundial, con un Producto Interno Bruto (nominal) de 1 billón, 850 mil millones de dólares en términos absolutos.
En el ámbito regional, la italiana es la tercera mayor economía de la Eurozona, detrás de Alemania y Francia.
En términos relativos o de paridad de poder adquisitivo (PPA), se encuentra también entre las mayores del mundo. El sector secundario o industrial ha sido el motor del desarrollo italiano, y el actual eje de su economía. Como en la economía de muchos de los países europeos, el sector terciario o sector servicios también tiene un gran peso en la economía italiana.
El país ha sido también miembro fundador de la Unión Europea, de la Eurozona, de Organización para la Cooperación y el Desarrollo Económicos (OCDE), del grupo G-7 y del grupo G-8.
En el período de posguerra, Italia se transformó de una economía basada en la agricultura, la cual había sido severamente afectada por las consecuencias de las guerras mundiales, para pasar a convertirse en una de las naciones más industrializadas del mundo y un país líder en el comercio internacional y en las exportaciones mundiales.
Según el Índice de Desarrollo Humano, el país goza de un muy alto nivel de vida estándar y tiene la octava calidad de vida más alta del mundo según la revista europea de economía The Economist.
Italia es el tercer país del mundo con más reservas de oro a nivel mundial, y es el tercer mayor contribuyente neto al Presupuesto de la Unión Europea.
El país también es bien conocido por su influyente e innovador sector económico empresarial, lo que le hace un nación muy industrializada (siendo que Italia es el segundo país más fabricante de Europa después de Alemania) además de poseer un competitivo sector agrícola (Italia es el mayor productor de vino del mundo), y por sus creativos diseños con una alta calidad de fabricación en el sector de los automóviles, navales, industriales, electrodomésticos y de moda.
Italia también es el mercado más grande de bienes de lujo dentro de Europa (tercero a nivel mundial) y la riqueza privada existente dentro del país es una de las más grandes del mundo.
A pesar de estos importantes logros, la economía del país sufre en la actualidad problemas estructurales y no estructurales.
Tras haber experimentado un fuerte crecimiento de su Producto Interno Bruto (PIB) durante el periodo 1945-1990, las tasas de crecimiento económico promedio anual de Italia durante las dos últimas décadas se situaron por debajo de la media del crecimiento de la Unión Europea.
Cabe mencionar también que los niveles de vida italianos tienen una considerable división entre el Norte y el Sur del país: el PIB per cápita medio en las regiones del norte y el centro de Italia supera significativamente la media de la Unión Europea, mientras que algunas regiones y provincias del sur de Italia están dramáticamente por debajo
El ascenso del indicador relativo al clima de confianza compuesto de negocios fue de 1,4 respecto al mes anterior, para alcanzar de esa manera su nivel más alto en el último decenio.
Por su parte, la confianza entre los consumidores creció 3,9 puntos en comparación con julio, con una mejoría en todos los componentes, tanto económicos como personales, presentes y futuros, según el Istat.
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Pedro Luis Martín Olivares
Economía y Finanzas
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