Pedro Luis Martín Olivares – La laxitud normativa en Japón sobre los operadores de criptomonedas y las brechas de seguridad de éstos permitieron el hackeo de la casa de cambio Coincheck, el mayor hasta ahora en un sector en plena eclosión, según expertos.
El ciberataque cometido la semana pasada contra uno de los principales mercados digitales nipones, en el que desaparecieron monedas virtuales NEM por valor de unos 530 millones de dólares, ha evidenciado la falta de reflejos de las casas de cambio y de los órganos reguladores para prevenir estos casos.
Mientras las autoridades tratan de seguir el rastro del ataque informático, que ha causado pérdidas a unos 260.000 usuarios de Coincheck, los expertos señalan que pudo hacerse más para evitar el hackeo y alertan del alto riesgo de que vuelvan a producirse casos similares.
“La innovación tecnológica siempre va muy por delante de las regulaciones. Es casi imposible seguir el ritmo de un ecosistema que evoluciona tan rápido”, afirma Ken Kawai, jurista especializado en “fintech” y asesor de la Agencia de Servicios Financieros de Japón (FSA).
Señala que Coincheck cometió un “grave error técnico” e incluso pecó de “pereza” al no almacenar las monedas virtuales de sus usuarios en una “cartera caliente”, un sistema desconectado de la red y por tanto a salvo de ciberataques.
Pero también responsabiliza al regulador nipón por no haber obligado a la casa de cambio a aplicar dichas medidas de seguridad, y por permitirle continuar operando pese a no estar registrado bajo la normativa que entró en vigor hace casi un año.
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Pedro Luis Martín Olivares
Economía y Finanzas
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