Pedro Luis Martín Olivares – El examen del estado actual de la alimentación y la agricultura en el contexto del debate sobre cambio climático y seguridad alimentaria, ocupa la agenda de la cuadragésima conferencia de la FAO.
Y es que en el salón plenario de la sede de la Organización de Naciones Unidas para la Alimentación y la Agricultura una treintena de jefes de delegaciones solicitaron la palabra para intervenir sobre el tema.
En la jornada inaugural, varios expositores evaluaron que alcanzar la meta hambre cero, como se propone la ONU para 2030, sólo será posible si se realizan acciones más certeras.
El director general de la FAO, José Graziano da Silvia apuntó que el logro de ese objetivo es posible, pero se requieren más acciones incluyendo mayores inversiones en la agricultura y en el desarrollo rural sostenible.
Más de 800 millones de personas siguen sufriendo subalimentación crónica, y lamentablemente la cifra ha comenzado a crecer de nuevo.
Apuntó, además, que los grandes avances en la lucha contra la pobreza y el hambre corren el riesgo de revertirse a medida que los conflictos, el crecimiento demográfico, el cambio climático y la transformación en las pautas alimentarias plantean nuevos desafíos.
La Agenda 2030 exige un sólido compromiso, apuntó, y agregó que convertir la voluntad política en acción requiere centrarse más en las estrategias nacionales, incluidas las relativas a las políticas de nutrición, salud y educación.
Por su parte el presidente del Fondo Internacional de Desarrollo Agrícola (FIDA), Gilbert Houngbo, señaló que el hambre es a menudo consecuencia de la pobreza y la desigualdad y advirtió que ‘al ritmo actual, la comunidad internacional no va en camino de cumplir su compromiso con el Hambre Cero para 2030’.
Para el director ejecutivo del Programa Mundial de Alimentos (PMA), David Beasley, el objetivo Hambre Cero en 2030 ‘tiene cero posibilidades de lograrse en el entorno en el que vivimos hoy’.
Pidió a los gobiernos atenuar los conflictos a los cuales calificó de ‘auténticos callejones sin salida creados por el hombre’ y añadió que la FAO, el FIDA y el PMA ‘están trabajando juntos de una manera tal vez sin precedentes, tanto porque sus partes interesadas nos lo piden como porque la situación lo requiere’.
Por su parte, el primer ministro italiano, Paolo Gentiloni, expresó que no podemos ni debemos dejar a la resignación la lucha contra el hambre y añadió que para derrotarla es necesario ‘el compromiso de todos nosotros, desde las organizaciones internacionales hasta los gobiernos y los ciudadanos individuales’.
Asimismo, al secretario de Estado Vaticano, Pietro Parolín, correspondió leer el mensaje enviado a los participantes en el encuentro bienal de cinco días por el papa Francisco.
El Sumo Pontífice recordó que si los objetivos propuestos son todavía lejanos, depende mucho de la falta de una cultura de solidaridad que no logra abrirse paso en medio de las actividades internacionales, a menudo ligadas solo al pragmatismo de las estadísticas o al deseo de una eficacia carente de la idea de compartir.
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Pedro Luis Martín Olivares
Economía y Finanzas
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