Pedro Luis Martín Olivares – Para el próximo mes se espera que el Banco Central Europeo (BCE) tome importantes decisiones.
¿Pero, cuáles serán? Aparentemente se dice que para septiembre modifique su programa de compras de activos, el cual se había previsto para octubre de este año.
Recientemente el BCE dejó sin efecto, el cambio de su política monetaria ultraexpansiva en julio y adelantó en aquella oportunidad que no había discutido sobre sus compras mensuales de activos por 60.000 millones de euros.
El Banco Central Europeo (BCE) es el banco central de los países de la Unión Europea que tienen el euro como moneda. Forma, junto con los bancos centrales de los demás estados de la UE ajenos a la eurozona, el Sistema Europeo de Bancos Centrales. El BCE fue establecido por el Tratado de Ámsterdam en el año 1998, tiene su sede en Fráncfort del Meno (Alemania) y está presidido por Mario Draghi.
Como se sabe, el objetivo del BCE es lograr la estabilidad de precios en la zona euro, definida por el Consejo de Gobierno como una inflación (Índice de Precios al Consumo Armonizado) cercana, pero inferior, al 2%.
A diferencia de otros organismos como, por ejemplo, la Reserva Federal de los Estados Unidos, el BCE no tiene objetivos tales como el crecimiento económico o el pleno empleo.
Las principales tareas del Banco Central Europeo son definir y ejecutar la política monetaria de la zona euro, dirigir las operaciones de cambio de divisas, cuidar de las reservas internacionales del Sistema Europeo de Bancos Centrales y promover el buen funcionamiento de la infraestructura del mercado financiero.
Además, tiene el derecho exclusivo de autorizar la emisión de billetes de euro. Los estados miembros pueden emitir monedas de euro, pero la cantidad debe ser autorizada de antemano por el BCE.
El Banco Central Europeo también debe cooperar en la Unión Europea y a nivel internacional con organismos y entidades de terceras partes.
Por último, contribuye a mantener un sistema financiero estable y a la vigilancia del sector bancario. Esto se pudo observar, por ejemplo, en la intervención del BCE durante la crisis crediticia de 2007, en la que se prestó millones de euros a los bancos para estabilizar el sistema financiero.
Aunque el Banco Central Europeo se rige directamente por la legislación de la Unión Europea y, por tanto, no por la legislación mercantil aplicable a las empresas privadas, su puesta en marcha se asemejó a la de una sociedad anónima en el sentido de que el BCE tiene acciones y capital social. Su capital actual es de 10 760 millones de euros, que está en manos de los bancos centrales de los Estados miembros que actúan como accionistas, aunque inicialmente contaba con 5760 millones. La clave de la asignación de capital inicial se determinó en 1998 sobre la población de los estados y el PIB, pero esa clave es regulable y ha sido modificada en cuatro ocasiones. Las acciones del BCE no son transferibles y no pueden utilizarse como garantía.
Ahora, se conoció que el 56% de un total de 50 economistas encuestados entre el 7 y el 9 de agosto dijo que espera que el banco central haga un anuncio en septiembre, mientras que otro 30% indicó que cree que la entidad regional esperaría hasta octubre.
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Pedro Luis Martín Olivares
Economía y Finanzas
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