Pedro Luis Martín Olivares – Indonesia, Malasia y Tailandia parecieran urgidas de ayudarse económicamente y por ello convinieron intensificar la colaboración en proyectos de turismo, transporte, recursos humanos e infraestructura.
En una reunión ministerial del Triángulo de Crecimiento que integran esos países, el ministro de Economía indonesio, Darmin Nasution, destacó que tales decisiones gravitarán en la unificación del crecimiento, extenderán las inversiones en esos sectores y promoverán el turismo transfronterizo.
Nasution sostuvo que en el transporte optimizarán el sistema de puertas fronterizas comerciales y la infraestructura para proporcionar las exportaciones e importaciones.
Destacó además que en el desarrollo de recursos humanos, establecieron una colaboración entre las universidades de Yakarta, Kuala Lumpur y Bangkok en áreas prioritarias como la investigación y las tecnologías innovadoras.
Se instrumentarán proyectos de conectividad que incluyen aeropuertos, puertos marítimos, carreteras, puentes y ferrocarril, agregó Nasution.
El término “triángulo de crecimiento” tuvo origen en el triángulo formado por ciertas zonas de Indonesia, Malasia y Singapur: fue utilizado por primera vez en 1989 por Goh Chok Tong (entonces Vice-Primer Ministro de Singapur) para hacer referencia a la cooperación económica sub-regional entre Singapur, el sur de Johor (el Estado más meridional de la Malasia peninsular) y Batam (una de las principales islas de la provincia indonesia de Riau).
Una definición ampliamente aceptada de los triángulos de crecimiento (TC) los caracteriza como “zonas económicas transnacionales que se extienden por áreas bien definidas y geográficamente próximas que abarcan tres o más países; y donde las diferencias en dotación de factores se explotan para promover el comercio y la inversión exteriores” (Tang et al., 1994: 2). Otras definiciones añaden que esas zonas transnacionales son formas de cooperación sub-regional; y que en ellas se explotan, en aras de una mayor competitividad, no sólo complementariedades factoriales sino también economías de escala (EAAU, 1995). De entre las economías de escala que aprovechan los TC destacan las economías de aglomeración; esto es, reducciones de costes de producción resultantes de la proximidad geográfica entre empresas relacionadas, bien por complementariedad (como en ciertos TC asiáticos), bien por competencia.
En suma, los TC suponen ganancias en eficiencia y competitividad frente a la situación de no cooperación, gracias a las complementariedades de factores y a las economías de aglomeración. Así, las definiciones de TC dan idea de las proposiciones teóricas que se encuentran detrás del considerable optimismo que ha rodeado a los TC.
Los triángulos aprovecharían economías de aglomeración, similares a las propuestas en la geografía económica o la economía espacial de Marshall, Perroux, Myrdal o, más recientemente, Krugman.
Además, supondrían el aprovechamiento de ventajas comerciales surgida de diferencias en dotaciones factoriales, como en las teorías clásicas y neoclásicas de comercio internacional y otras teorías más recientes, como las de Porter.
Una notable diferencia con los modelos de comercio tradicionales, no obstante, sería que en los TC las ganancias de eficiencia derivadas de la división del trabajo no se aprovecharían para el intercambio de más y mejores mercancías y servicios dentro del mercado interno al triángulo, sino para ganar competitividad en los mercados exteriores.
Por último, se formaron el secretariado del Triángulo de Crecimiento en Pangkalpinang, capital de la provincia indonesia de Bangka Belitung.
Sabías que puedes leer este artículo en Telegram
Pedro Luis Martín Olivares
Economía y Finanzas
Sé el primero en comentar en «Indonesia, Malasia y Tailandia urgen ayudarse económicamente ¿Por qué?»