Pedro Luis Martín Olivares – El mercado de artículos usados gana adeptos en Italia, donde deviene algo más que una opción inteligente de ahorro y ha transado un total 19 mil millones de euros en 2016.
Y es que alargar la vida de las cosas cuando pierden su valor de uso para quienes las poseen y ponerlas a disposición de otros que las necesiten, contribuye al cambio de paradigma entre la visión lineal tradicional del proceso producción-distribución-consumo-desecho, por otro más humano y amable con la naturaleza y el medio ambiente.
Desde esos pilares descansa el concepto de economía circular, en cuya implementación avanza en Italia y el resto de Europa en los últimos años, por lo que representa como aporte al uso más racional y sostenible de los recursos naturales, a la vez que a mayores ventajas desde el punto de vista económico por el ahorro de insumos y energía.
Un estudio ilustrativo sobre la necesidad de sustituir el viejo modelo lineal por uno basado en la economía circular en Europa, fue publicado en 2015 por la Fundación Ellen MacArthur y el Centro MacKinsey de Negocios y Medio Ambiente.
La investigación reveló que en 2012 el ciudadano europeo promedio usó 16 toneladas de materiales, el 60 por ciento de los cuales fueron enterrados o incinerados y el 40 restante reciclados o reutilizados en procesos durante los cuales sólo se recuperó el cinco por ciento del valor de las materias primas originales.
En diciembre de 2015, la Comisión Europea puso en práctica un paquete de medidas mediante el cual amplió otro del año anterior, con objetivos a corto y mediano plazos, ‘para impulsar la competitividad, crear empleo y generar crecimiento sostenible’, según indicó el organismo regional en un comunicado.
Entre las medidas aprobadas para contribuir a ‘cerrar el círculo de los ciclos de vida de los productos a través de una mayor reciclado y reutilización’ se incluyeron algunas dirigidas a promover mayores posibilidades de reparación y durabilidad de los productos, además de la eficiencia energética.
Como sucede con cualquier otra actividad comercial contemporánea, la compra y venta de artículos de uso en Italia se mueve tanto en la dimensión física como en la digital, cada una con sus características al servicio de un público heterogéneo, una parte del cual se mueve en ambos planos.
Los establecimientos dedicados a ese giro en todo el país pueden ser generales o especializados, grandes o pequeños, pero en todos predomina el interés de poner a circular las cosas para extender su vida útil hasta el máximo posible.
Pedro Luis Martín Olivares
Economía y Finanzas
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