Pedro luis Martín Olivares – ¡Preocupante! Los bancos pequeños de Japón están asustados, pues dependen de mercados locales que son exclusivamente vulnerables, dado que tienen menor demanda de hogares y empresas.
Y es que la población nipona se está comprimiendo y además envejeciendo, lo que esboza un desafío trascendental para el sistema financiero de la nación.
De hecho, lo que ejecute para despuntar esta crisis servirá de guía para otros países asiáticos y europeos que poseen similares tendencias demográficas, pero que aún están en una fase temprana.
Expertos explican que una población que se degenera es una carga tanto para el crecimiento como para las tasas de interés.
Y ello agrega presión en las ganancias de bancos y compañías de seguros.
Y es que una población que envejece también disminuye el rol de los bancos en el sistema financiero. Con una longevidad en crecimiento, la demanda por seguros de mayor plazo aumenta, dado que las personas ahorran más para jubilaciones más largas.
Japón es uno de los países con mayor esperanza de vida del planeta. Todo el mundo desea vivir en una sociedad en la que se pueda disfrutar de una vida larga, pero eso significa también hacer frente a los problemas propios de una sociedad envejecida.
En la actualidad, una de cada cuatro personas en Japón tiene más de 65 años, un dato que revela que el país tendrá que hacer frente a múltiples retos derivados del continuado envejecimiento de su población.
De hecho, en agosto de 2014, el Libro Guinness de los Récords reconoció al japonés Momoi Sakari, residente en la ciudad de Saitama, como el hombre más anciano del mundo, con una edad de 111 años y 196 días.
Tras el fallecimiento en abril de la persona que ostentaba el título anteriormente, un estadounidense de 111 años y 124 días, comenzó la serie de trámites que culminó en el reconocimiento del nipón.
Según un estudio llevado a cabo por el Ministerio japonés de Sanidad, Trabajo y Bienestar, el número de personas mayores de cien años en el país se situaba en 54.397 a día 15 de septiembre, fecha en que se celebra el Día de Respeto a los Ancianos, Keirō no hi en japonés.
Esta cifra representa un nuevo récord, ya que supera en 3.021 personas el dato del año pasado (51.376); además, ya son 43 años consecutivos de esta tendencia al alza.
La mujer más anciana del archipiélago nipón es Ōkawa Misawo, de 115 años y residente en la ciudad de Osaka, mientras que el hombre de más edad es el ya mencionado Momoi Sakari.
El citado ministerio japonés señala que “La asistencia sanitaria y los cuidados a los ancianos son sectores que continúan avanzando, y afirma que se están realizando esfuerzos para crear un entorno en el que la población pueda llevar una vida saludable aunque envejezca”.
Esto sirve para corroborar una vez más el rápido envejecimiento de la sociedad japonesa.
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Pedro Luis Martín Olivares
Economía y Finanzas
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