Pedro Luis Martín Olivares – Los estibadores españoles iniciaron desde ayer lunes una huelga en defensa de sus puestos de trabajo.
¿La razón? Están disgustados pues consideran sentirse amenazados por una ley que liberaliza el sector, y tras varios intentos fallidos de alcanzar un acuerdo con la patronal Anesco.
En efecto, los trabajadores de la estiba comenzaron una huelga que se prevé que se prolongue durante ocho jornadas que coincidirán en las horas impares del día de hoy, así como los días 7, 9, 19, 21 y 23 de junio.
Para el próximo miércoles 14 está prevista una huelga ininterrumpida de 48 horas, desde las 08.00 de la mañana hasta la misma hora del viernes 16.
Y es que las fuentes sindicales indicaron que al tratarse de paros alternos la huelga va a ser secundada por «todo el colectivo» y que, lejos de producirse graves afecciones en la actividad de los puertos, «se generarán pequeños retrasos en las operaciones habituales de carga y descarga».
El paro se origina luego de varias convocatorias que fueron canceladas desde que el pasado febrero, cuando el Gobierno inició los trámites para aprobar la reforma de la estiba, en cumplimiento de una sentencia europea contra la situación de monopolio existente en ese sector en España.
A juicio del ministro español de Fomento, Íñigo de la Serna, advirtió el daño que esta huelga ocasionará a la economía, puesto que, a diferencia de otros sectores, en el caso de los puertos «las pérdidas se pueden prolongar» una vez finalizado el conflicto.
Días después de que el Gobierno sacara adelante, el 18 de mayo, en el Parlamento un real decreto para liberalizar el sector, los sindicatos y la patronal alcanzaron un principio de acuerdo que apuntaba a una rápida solución del conflicto.
No obstante, en la reunión del viernes pasado, la situación dio un vuelco tras un cambio de actitud de la patronal, según los sindicatos.
Los sindicatos insisten en que es algo que tienen que «saber de manera fehaciente, para poder negociar» y exigen a las empresas que cumplan con la palabra dada y garanticen «todos los puestos de trabajo».
Como medida para forzar la negociación, la producción está bajando hasta un 70% con respecto al ritmo habitual de trabajo, según la patronal, lo que genera «inasumibles pérdidas económicas para las compañías, y cuantiosos daños al sector de la logística y el transporte»
Pedro Luis Martín Olivares
Economía y Finanzas
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