Pedro Luis Martín Olivares – William Mougayar, columnista de CoinDesk, es autor de «The Business Blockchain», productor de Token Summit y asesor e inversionista de riesgo.
Deberíamos dejar de intentar definir o clasificar la criptomoneda como si fuera una bestia de otro planeta. Más bien, solo tenemos que aceptarlo como el futuro del dinero. Es una moneda, no una seguridad, y no debe regirse por las leyes de valores. El dólar, el euro, el yuan, la libra no están regulados por las autoridades de valores.
Tiene poco valor intentar definir, encajonar, segmentar o clasificar la criptomoneda como algo que necesita ser examinado, cuestionado y analizado continuamente. En cambio, centrémonos en promover la adopción de la criptomoneda porque está aquí para florecer y quedarse.
En un panel reciente de DLD 2020, titulado Monedas virtuales y sistema financiero global, la primera pregunta del moderador consistió en «definir las criptomonedas». Cada uno de los tres panelistas (dolorosamente) intentó sugerir sus propias definiciones. Otro panel de Davos 2020, De activos de tokens a una economía de tokens, discutió los tokens como un tipo de criptomoneda. En ambos paneles, las definiciones intentaron representar tokens y criptomonedas como un nuevo tipo de animal.
¿Hay algún punto tratando de clasificar los diversos tipos de criptomonedas, realmente?
La criptomoneda es como cualquier moneda, excepto con propiedades más potentes. Es ese grado de poder el que está asustando a los titulares mientras emociona a los nuevos participantes.
A largo plazo y en el estado final, la criptomoneda se utilizará de manera tan generalizada como la moneda actual, pero con una variedad rival. Hoy, vemos la criptomoneda como el futuro del dinero, pero mañana será una parte integral del dinero.
El correo electrónico era nuevo hasta que no lo era. El comercio electrónico era una novedad hasta que ya no lo era. La presentación de impuestos electrónicamente o la renovación de licencias en línea era una rareza hasta que se convirtió en rutina y, a veces, la única opción. La banca en línea fue innovadora hasta que se convirtió en rutina. Conocer amigos en línea fue extraordinario hasta que se volvió muy común. Leer noticias en línea era una actividad paralela a los periódicos impresos hasta que se convirtió en la norma para miles de millones de personas.
Hoy, la criptomoneda es una anomalía cuyo uso y comprensión están en manos de unos pocos. Muy pronto, impregnará nuestra sociedad, hábitos, negocios, gobierno y se convertirá en una segunda naturaleza.
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Pedro Luis Martín Olivares
Economía y Finanzas
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