Pedro Luis Martín Olivares – Para buscar controlar la extracción ilegal de oro y la venta a los mercados internacionales del mismo, el gobierno Colombiano pide tomar acciones similares a la de la industria de los diamantes.
«Aquí hay una responsabilidad por parte de los compradores de tener certeza de cuál es la fuente de origen del oro que está adquiriendo», dijo el ministro colombiano de Minas y Energía, German Arce.
Mafias apoderadas
Menos de una quinta parte del oro colombiano se produce legalmente, con gran parte de la producción anual de 60 toneladas controlada por grupos armados ilegales. En un rango que va desde operaciones de gran capital hasta mineros individuales que se desplazan en los arroyos y, a menudo, entregan un porcentaje a las mafias locales.
Además de financiar el conflicto armado, la minería ilegal contamina los ríos con mercurio y provoca deforestación.
A esto agregó que el principal temor es que gran parte del oro extraído de manera ilegal está llegando a las bóvedas de los bancos centrales.
La producción en países como Colombia, Ecuador y Perú, donde una cantidad significativa del oro es extraído ilegalmente, está creciendo su participación en la producción mundial total, según Arce.
No se queda atrás con los diamantes
Los Procesos de Kimberley se formaron en 2000 para asegurar que las compras de diamantes no financiaran la violencia de los movimientos rebeldes. Estos representan a 81 países, entre ellos Estados Unidos, países de la Unión Europea, Rusia, China y Sudáfrica.
Colombia se ha quejado en foros organizados por la ONU, la Organización para la Cooperación y el Desarrollo Económico y otros, en su esfuerzo por llamar la atención sobre el tema.
Lavando dinero
Según la Fiscalía General de la Nación, las exportaciones de oro pueden ser utilizadas para lavar las ganancias del narcotráfico.
En 2015, los fiscales colombianos arrestaron al máximo ejecutivo John Hernández y a otros altos directivos de una empresa de comercio de oro con sede en Medellín llamada CI Goldex SA, alegando que estaba en el centro de un esquema de lavado de dinero de 970 millones de dólares, uno de los más grandes en la historia del país.
El caso sigue en curso, con Hernández y los otros ejecutivos declarando su inocencia.
Las refinerías de oro tienen certificados de prácticas empresariales responsables de organizaciones como la London Bullion Market Association y el Responsible Jewellery Council.
A pesar de esto, compran más oro de Colombia de lo que el país legalmente produce, haciendo imposible que todo sea legal.
Pedro Luis Martín Olivares
Economía y Finanzas
Sé el primero en comentar en «Colombia denuncia compra de oro ilegal»