Venezuela, los Zapateros chinos y la política internacional

Pedro Luis Martín Olivares – Vamos a empezar comentando la noticia que se encuentra en proceso, la cual fue puesta en escena por el jefe del Departamento de Estado Marcos Rubio cuando escribió:

“Estados Unidos celebra el exitoso rescate de todos los rehenes retenidos por el régimen de Maduro en la Embajada de Argentina en Caracas. Tras una precisa operación, todos los rehenes se encuentran ahora a salvo en territorio estadounidense…” Afirmación contradicha de inmediato por María Corina cuando informa que su mamá, quien no estaba en la embajada fue una de las liberadas. ¿Sería que Marcos Rubio no lo sabía?

Desde ese error de la Casa Blanca se han desatado diferentes guiones candidatos a películas de Hollywood o Netflix. Algunos analistas de periódicos norteamericanos se refieren a la aplicación del “Modelo Escalado de Conducta Variable”, originalmente desarrollado por la Unidad de Analisis de Conducta del FBI, este modelo (en inglés Behavioral Change Stairway Model) es uno de los más utilizados en situaciones de toma de rehenes. Según este modelo, el negociador de rehenes debe seguir todas y cada una de las siguientes pautas: a) Atención activa: Entender la psicología del sujeto y hacerle saber que está siendo escuchado, b) Empatía: Entender sus problemas y sentimientos, c) Compenetración: Compartir con el sujeto los sentimientos del negociador para generar confianza, d) Influencia: Una vez alcanzado el nivel de confianza, la recomendación de posibles soluciones a los problemas manifestados y e) Variación de la conducta: Acción por parte del sujeto, que en el mejor de los casos podría concluirse en su rendición y entrega. Otros analistas se refieren al ámbito militar, lo cual requiere de le intervención de una unidad militar, coloquialmente conocida como Unidad de Intervención.

En Venezuela no hubo nada de eso, primero no había rehenes, los sujetos escogieron una casa y se metieron voluntariamente en ella y así como entraron podían salir, de hecho, uno de ellos lo hizo, Fernando Martínez Motola, y terminó viviendo en su casa. La mamá de María Corina nunca estuvo en esa casa y salió el 5 de mayo en vuelo comercial desde Maiquetía con destino a Bogotá, sin saber que su hija la lleva a un geriátrico, de saberlo probablemente no se hubiese ido. Muchos engaños auto descubiertos. Bueno, dejemos esta comiquita hasta aquí.

Ahora veamos realidades. A unos 2.000 kilómetros al sur de donde los funcionarios del gobierno de Pekín han estado lanzando represalias contra los aranceles estadounidenses, se encuentra la provincia costera de Fujian. Aquí es donde un millón de zapatillas de correr se pondrán a prueba cuando los aranceles de Trump entren en vigor.

Fujian exportó calzado por valor de 79.000 millones de yuanes (11.000 millones de dólares) en 2024, una cuarta parte del total de China, con destino principalmente a Norteamérica y Europa. La ciudad de Quanzhou, el paraíso mundial de los zapatos deportivos, alberga unas 3.000 empresas de calzado. Sus calles están cubiertas de todo lo necesario para fabricar zapatos, desde montones de telas que desbordan las fachadas de las tiendas hasta suelas de plástico expuestas junto a cordones de todos los colores.

Los aranceles de Trump son la principal preocupación de los trabajadores, pero el ánimo es sorprendentemente optimista. Muchos fabricantes habían pensado con anticipación y dejaron de aceptar nuevos pedidos estadounidenses tras la elección de Trump en noviembre, afirma Ding, proveedor de calzado de la ciudad. Sabían que podrían imponerse aranceles y no querían verse obligados a firmar contratos que les generaran pérdidas.

Como resultado, las ventas de Ding han disminuido, al menos un 70% este año, en gran medida debido a la pérdida de pedidos estadounidenses de sus clientes. Si bien la carga de aranceles más bajos en el pasado podía repartirse a lo largo de la cadena de suministro, afirma, el muro arancelario estadounidense ahora es demasiado alto para escalarlo. «Hay que soportar este período de sufrimiento y ver quién persevera hasta el final». Es probable que muchos no lo logren.

Los aranceles impuestos por Trump durante su primer mandato llevaron a los fabricantes chinos a trasladar parte de su producción al Sudeste Asiático, enviando materiales desde Quanzhou para su procesamiento final. Esa laguna legal parecía estar a punto de cerrarse, con la imposición de aranceles estadounidenses del 46% a Vietnam, pero Trump los suspendió el 9 de abril. Un fabricante de plantillas, comentó que recientemente hizo una muestra para un amigo en Vietnam que esperaba un pedido de 60.000 unidades, pero el acuerdo se frustró tras el anuncio del alto arancel. La cooperación podría continuar, pero también lo hará la incertidumbre.

Con pocas opciones de exportación disponibles, algunos buscan dentro de las fronteras de China. Solo alrededor de una cuarta parte de los zapateros a los que Ding atiende venden a consumidores chinos, y el mercado interno está saturado. «Tenemos que ver si la demanda interna puede despegar», afirma. «Nadie tiene negocio ni dinero, así que no se atreven a consumir».

Las mismas guerras de precios que afectan a muchas industrias competitivas implican que los márgenes son muy estrechos. Al final del tercer trimestre del año pasado, casi una cuarta parte de las empresas chinas que cotizan en bolsa estaban perdiendo dinero, más del doble que hace cinco años. Zhang, quien fabrica unos pocos millones de zapatos en un buen año en Quanzhou, aún no está en números rojos. Pero desde que entró en la industria hace ocho años, ha visto cómo la ganancia por un par de zapatos ha caído de 30 yuanes a menos de diez.

La proyección de confianza de los medios estatales ha convencido a algunos. «El gobierno chino encontrará la manera de avanzar», dice muchos fabricantes. «Creo en ellos». Incluso quienes no dependen del gobierno se muestran sorprendentemente optimistas. Muchos han superado tormentas antes, incluyendo el primer mandato de Trump y la pandemia. El Sr. Ding ofrece el consejo de un veterano que ha visto varios ciclos económicos. «Si no tienes pedidos, deberías considerar tomarte unas vacaciones en la segunda mitad del año».

Algunos harán precisamente eso. Solo pueden bajar sus precios un yuan como máximo si quieren pagar a los trabajadores y el alquiler, «Todavía estoy confundido y no sé qué hacer».

Este ejemplo, es una oportunidad para Venezuela, tenemos una población de 30 millones de habitantes con una fuerza laboral capaz y responsable considerable, con capacidad de ser activada en escenarios como el mostrado. Si tenemos excelentes relaciones con China, entonces porque no negociar la incorporación de Venezuela en la lista de países productores en los negocios globales y así como se considera a Vietnam para compartir grandes fabricaciones de plantillas también se considere a Venezuela. Tenemos los espacios industriales para instalar las fábricas, tenemos la gerencia y la mano de obra especializada, tenemos la fuerza política para generar la seguridad jurídica y estamos mucho mas cerca que China y Vietnam de los grandes mercados internacionales, lo cual incide en los costos.

El ejemplo de las plantillas es válido para cualquier tipo de producto. Nuestra ubicación estratégica septentrional, nuestros climas, la inteligencia y responsabilidad de nuestra gente, nuestros espacios disponibles cerca de los puertos y nuestra fuerza política para generar incentivos impositivos nos ubica en una posición ventajosa en la competencia económica internacional. El petróleo puede pasar a un segundo plano. El que tenga ojos que vea.

 

 

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Pedro Luis Martín Olivares

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