Pedro Luis Martín Olivares – El presidente Putin se incorpora a la fiebre del bitcoin al ordenar a su gabinete que busquen la forma de crear una criptomoneda propia de Rusia, en un esfuerzo por ayudar a su país a sortear las sanciones occidentales. Así como el internet, que el Kremlin ha intentado controlar, el interés en las criptomonedas revela el deseo ruso de aprovechar un concepto originalmente diseñado para ser libre de cualquier influencia gubernamental.
Sergei Glazev, un asesor económico de Putin, expresó en una reunión gubernamental reciente que el criptorublo sería útil para defenderse de las sanciones internacionales. “Este instrumento nos sirve muy bien para actividades sensibles en beneficio del Estado. Podemos resolver compromisos con nuestras contrapartes alrededor del mundo sin la amenaza de las sanciones”, dijo el señor Glazev. Él afirmó adicionalmente que la criptomoneda seria el mismo rublo, pero su circulación seria restringida, permitiendo al Kremlin hacerle seguimiento a cada movimiento.
Putin ordenó a su gabinete crear el marco regulador de la criptomoneda después de realizar el pasado verano una reunión con Vitalik Buterin, fundador de la criptomoneda Ethereum. La tecnología blockchain utiliza criptografía para permitir que varias partes compartan y actualicen un registro de información único e inmutable sin tener que confiaren una autoridad central.
Muchos bancos centrales han examinado el potencial de esta tecnología, algunos como el Sweden’s Riksbank, están considerando usarla para lanzar su propia moneda digital. Sin embargo, El Banco Central de Europa y el Banco de Japón dijeron que la tecnología blockchain era demasiado inmadura para ser usada en sus sistemas de pagos.
Otros países, tales como Corea del Norte, han informado el almacenamiento de criptomonedas para realizar pagos en el mercado negro o están en el proceso de crear su propia criptomoneda como es el caso de Venezuela.
Pero es mucho más difícil crear una criptomoneda respaldada por un Estado que venga a reemplazar modelos financieros existentes que son prohibidos por las sanciones.
Mientras criptomonedas como el bitcoin suministran a sus dueños el elemento del anonimato, haciendo una manera popular de pagar actividades ilícitas, no está claro cómo el criptorublo va a ayudar a las empresas rusas e individualidades a escapar de las sanciones internacionales o eludir la detección de las autoridades norteamericanas.
También no está claro, donde el banco central ruso o los bancos comerciales podrán adquirir el criptorublo y quien podrá abrir una cuenta.
“Cripto no es la respuesta. La Oficina de Control de Activos Extranjeros, una extensión de la oficina del Tesoro de los Estados Unidos de América que implementó las sanciones, puede ver la intención de estas estructuras para evitar sanciones”, expresó Alan Waxman, quien dirige los negocios corporativos de Gazprombank, una de las empresas rusas sancionadas.
El banco central ruso por su parte ha dicho que las criptomonedas tienen todos los signos de una pirámide financiera y quiere restringir acceso a inversionistas calificados para prevenirlos de ser objeto de un esquema Ponzi, ya utilizado contra rusos no familiarizados con el capitalismo en el año 1990.
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Pedro Luis Martín Olivares
Economía y Finanzas
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