María Corina Le Pen seguirá el ejemplo que Francia dio

Pedro Luis Martin Olivares – Marine Le Pen y su ultraderecha, primera en todas las encuestas perdió las elecciones en Francia el pasado domingo.

“Francia frena la ultraderecha” fueron los titulares de todos los periódicos europeos el pasado lunes, un amanecer que le dio respiro a las preocupaciones de lo que hubiese significado un triunfo de la ultraderecha en un país europeo, un retroceso a los tambores de guerra de Hitler y su extremismo nazi. Este hecho sumado a las reanudaciones de las negociaciones de Estados Unidos directamente con el presidente Nicolas Maduro y el fracaso estrepitoso del acto de Caracas, como inicio de campaña del “candidato tapa”, augura la estrepitosa derrota que le viene a la Marine Le Pen venezolana, cuando el pueblo venezolano se decida por la paz y no por la guerra, empinándose en la misma consigna del pueblo francés: “la ultraderecha no pasará”, lo que traducido a nuestro caso es “María Corina Le Pen no pasara”

Las izquierdas francesas ante el peligro de un gobierno ultraderecha dejaron de lado sus diferencias y crearon “el cordón sanitario” para impedirlo. El voto del pueblo francés ubicó al favorito, el Reagrupamiento Nacional de Marine Le Pen (RN) en el tercer lugar, detrás de Macron. Vale recordar que la política es un juego de expectativas. Y ante una amenaza contra la paz, el elector al momento de sufragar lo hace evitando lanzarse a un vacío sopesando las realidades. El pueblo de Venezuela ya aprendió a leer el carometro y compara la tranquilidad y seguridad con la que habla Nicolas Maduro, con la manera estresante, inquieta y amenazadora en que María Corina Le Pen interactúa con los electores, siempre repitiendo la misma plantilla de pasearse como una reina de carnaval, rodeada de motorizados, abrazar viejitos, cargar y apretar niños y amenazar con cantar fraude el 28. Cuidado si pierde el segundo lugar con cualquiera de los otros candidatos presidenciales que se representan a sí mismos.

Al darse los resultados electorales franceses Marine Le Pen dijo: “acabamos de perder unas elecciones, pero hay otras en 2027 y todavía podemos intentar alcanzar el poder a través de la presidencia y no a través del Parlamento». Eso se traduce en el mismo slogan de María Corina Le Pen “hasta el final”. En consecuencia, por analogía, el 28 de julio en la noche cuando el CNE informe acerca de los resultados irreversibles, dando el triunfo a Nicolas Maduro Moros como Presidente Reelecto de la Republica Bolivariana de Venezuela, si María Corina Le Pen es demócrata, debe reconocer su derrota e iniciar su preparación para las próximas elecciones presidenciales de 2031.

De no ser así e insista con su estrategia violenta de cantar fraude sin pruebas y arengar “comanditos” para que hagan actos de violencia en las calles, conllevará a la violación de múltiples leyes que repercutirán terriblemente en los pocos que caigan en esa trampa “casa bobos”. Por el contrario, si María Corina Le Pen es poseída por un ángel reflexivo y se transforma en una persona seria, debe acudir con sus Actas a las instancias institucionales: CNE, Sala Electoral del TSJ y Sala Constitucional del TSJ donde se deberán evacuarán de manera responsable todos sus reclamos.

La elección presidencial se llevará a cabo en 30.026 mesas de votación distribuidas en 15.797 centros de votación, donde depositaran su voto 21.321783 electores. Ese es el marco claramente definido del campo de juego donde María Corina Le Pen va a competir, el árbitro, el CNE, fue aceptado por las partes y los participantes se inscribieron de manera voluntaria. Y como en toda competencia se gana y se pierde, en este caso parafraseando el futbol, existen 30.026 “VARES”, por sus siglas en ingles “Video Assistant Referee”, que son las Actas de Votación, ellas hablan, lo demás es manipulación. Es importante dejar claro que cantar fraude es el verdadero fraude planificado, ya que esas 30.026 Actas de Votación serán refrendadas en un 100 por ciento por las firmas de los representantes electorales de María Corina Le Pen, quienes estarán presentes observando y controlando el proceso de votación, así lo ha afirmado insistentemente ella.

Como un remache de submarino, que blinda la transparencia de las elecciones presidenciales 2024, se contará con la presencia “imparcial” internacional de instituciones técnicas expertas en auditoria de procesos electorales. Entre esos observadores internacionales ya están confirmados el Centro Carter, el Consejo de Expertos Electorales de Latinoamérica (Ceela), la Unión Africana (UA) y más de 65 funcionarios de organismos electorales. Se ha descartado, como es lógico y de fácil entendimiento, a todas las organizaciones “parcializadas” que estaban listas para venir a Venezuela con los Informes ya escritos sobre la Elección Presidencial de Venezuela 2024, cuyo contenido por supuesto apuntaba hacia desconocer el verdadero resultado elector y alinearse con la línea política de las Sanciones Económicas, el saboteo de la gestión gubernamental venezolana y la agitación política disfrazada de auditoria para producir violencia. A esas organizaciones “tumba gobierno” no se les aprobó su presencia en el territorio venezolano.

El balance de todo esto es una buena noticia, Venezuela marcha más hacia la paz, hacia la luz y hacia mejores tiempos, representado por Nicolas Maduro, que hacia el conflicto, la oscuridad y la incertidumbre que representa María Corina Le Pen y su ideario ultraderechista. 

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Pedro Luis Martín Olivares

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