Pedro Luis Martín Olivares – En el mundo de los avances tecnológicos, la IA es el sector que más atención recibe de los políticos a nivel mundial, por ejemplo, J.D. Vance, vicepresidente de Estados Unidos, calificó recientemente su desarrollo como una «carrera armamentística».
Estados Unidos ostenta una sólida ventaja gracias a sus primeros avances, su ventaja en el desarrollo de la potencia informática y el dominio de empresas como OpenAI y Nvidia. Sin embargo, el DeepSeek R1 de China rivaliza con los modelos occidentales a un coste mucho menor. La laxitud de China respecto a la privacidad de los datos y su gran cantidad de talento en informática e ingeniería le otorgan una ventaja. En 2023, los investigadores chinos produjeron alrededor del 23 % de todos los artículos publicados sobre IA, más que el 9% de los estadounidenses y el 15% de los europeos.
India, considerada desde hace tiempo como una potencia tecnológica mundial, ocupa el décimo puesto a nivel general y el séptimo en cuanto a desarrollo de IA. Cuenta con un gran talento en ingeniería y cientos de millones de usuarios de internet. Sin embargo, la escasa inversión y la escasez de los datos de entrenamiento necesarios para los grandes modelos lingüísticos han frenado su progreso. Hasta la fecha, India aún no ha logrado un avance significativo en IA. La carrera de la IA se centra en los semiconductores, que son los que más peso tienen en el índice. La ventaja de Estados Unidos en este ámbito es más estrecha: lidera en diseño de chips, pero Asia Oriental sigue siendo el centro de gravedad industrial. China, Japón, Taiwán y Corea del Sur superan a Estados Unidos en capacidad de fabricación y acceso a materiales especializados.
Sin embargo, un país puede obtener una alta puntuación en fabricación sin producir chips de vanguardia. China, por ejemplo, carece de instalaciones de nodos avanzados, es decir, fábricas capaces de fabricar los chips más complejos, pero se sitúa bien gracias a la gran escala de su fabricación de chips de gama baja. El índice también pasa por alto cuellos de botella críticos en la cadena de suministro global. También es relevante citar a ASML, con sede en los Países Bajos, la cual ocupa el puesto 15 en el ranquin mundial, es el único fabricante de las máquinas de fabricación de chips más avanzadas del mundo. Taiwán que ocupa el puesto 8, alberga la firma TSMC, que produce hasta el 90% de los transistores más potentes del mundo.
En otros campos, el primer puesto está más disputado. Estados Unidos sigue liderando en biotecnología gracias a su fortaleza en la investigación de vacunas y la ingeniería genética. Pero China está a la vanguardia en la producción de fármacos y cuenta con una mayor cohorte de científicos biotecnológicos. Durante la última década, China ha incrementado drásticamente su capacidad de investigación en biotecnología. Si esta tendencia continúa, China podría pronto tomar la delantera. Europa vuelve a decepcionar: sus fortalezas académicas no se han traducido en éxito comercial. El mejor desempeño de Rusia se da en el sector espacial, un legado de la era soviética, pero se queda corto en el resto del sector.
El mundo asiste a una batalla silenciosa pero determinante. En laboratorios, fábricas de chips y centros de datos, China y Estados Unidos libran una pulseada por la supremacía tecnológica que redefinirá el equilibrio global de poder. Lo que comenzó como una competencia comercial se ha transformado en una auténtica guerra fría digital, donde la inteligencia artificial, los semiconductores y la biotecnología son los nuevos campos de batalla.
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