Pedro Luis Martín Olivares – El presidente 45 de los Estados Unidos, Donal Trump 1, es muy diferente al presidente 47 de los Estados Unidos, Donald Trump 2.
De ser un exitoso empresario billonario del mundo inmobiliario a dirigir la política del país con más bases militares en el mundo, deriva en una deficiencia de experiencias considerables, la cual condujo a pagar muchos noviciados. En lo interno, se produjeron errores en la escogencia del perfil de sus principales colaboradores en la Casa Blanca y fallas en la identificación de los cargos clave para la toma de decisiones que conducían al funcionamiento del país. Algunos de sus asesores, al recomendar funcionarios, anteponían sus intereses personales a los del colectivo, lo cual llevaba al fracaso y a la ulterior decisión del presidente Trump 1 de ordenar sus despidos. Terminó su mandato perdiendo unas elecciones que nunca reconoció, al contrario, tuvo que apelar a la política de masas y a la estructura legal electoral del complejo entramado del sistema electoral presidencial, para reforzar su convicción de que se había producido un fraude electoral.
Las decisiones del presidente Trump 1 en materia de política exterior, esta arropada por el mismo manto de “ingenuidad”, uno de los casos de estudio más resaltante es el haber reconocido a Guaido como presidente de Venezuela, haya hecho lobbies mundialmente para hacer que 62 países lo reconocieran como presidente y haya apoyado facilitado la entrega bajo su control todos los activos de Venezuela en el exterior, acompañado con el visto bueno de recibir donaciones públicas y privadas para mitigar el padecimiento de la diáspora mundial venezolana.
¿Cómo aparece el desconocido Guaido?
Un acuerdo de presidencia rotatoria de los cuatro partidos Acción Democrática (AD, Primero Justicia (PJ), Un Nuevo Tiempo (UNT) y Voluntad Popular (VP), que formaban la coalición de la Asamblea Nacional de Venezuela, resultó en que Voluntad Popular alcanzara el liderazgo y debido a que los principales funcionarios del partido estaban encarcelados o exiliados, Guaidó fue elegido presidente en diciembre de 2018 por la Asamblea, y prestó juramento el 5 de enero de 2019. Guaidó comenzó a abogar por una ley para formar un gobierno de transición.
Dos políticos fueron los principales responsables de la estrategia que llevó a Guaidó a la prominencia: Julio Borges (en el exilio) y Leopoldo López (bajo arresto domiciliario). Ricardo Hausmann y políticos de diferentes partidos políticos también estuvieron involucrados. Borges estuvo actuó en esfuerzos externos, como con el Grupo de Lima, junto con Antonio Ledezma y Carlos Vecchio, quienes operaban en Estados Unidos, mientras María Corina Machado y Leopoldo López operaban en Venezuela. Smolansky y Freddy Guevara también apoyaron a Guaidó, junto con Henrique Capriles, quien inicialmente se había mostrado distante. López y Guaidó se comunicaron con el Departamento de Estado de Estados Unidos, presentando un plan para declarar a Guaidó presidente interino y que Estados Unidos podría liderar a otras naciones para apoyar su reconocimiento con el fin de remover a Maduro y recibieron el apoyo. Esta es parte de la Banda de Juan Guaido. Objetivo: ponerles las manos a todos los activos de Venezuela en el exterior y administrarlos para pasar a sus manos privadas lo maximo que pudieran.
El presidente Donald Trump anunció el 23 de enero de 2019 que reconocía al líder opositor venezolano Juan Guaidó como presidente legítimo de Venezuela. “En su papel como la única rama legítima del gobierno elegida debidamente por el pueblo venezolano, la Asamblea Nacional invocó la constitución del país para declarar ilegítimo a Nicolás Maduro y, por lo tanto, vacante el cargo de presidente. El pueblo de Venezuela se ha pronunciado valientemente contra Maduro y su régimen y ha exigido libertad y el estado de derecho”, dijo Trump en un comunicado reconociendo a Guaidó como presidente interino de Venezuela. Trump también instó a otros gobiernos a reconocer a Guaidó y agregó que “continuaría utilizando todo el peso del poder económico y diplomático de Estados Unidos para presionar por la restauración de la democracia venezolana”. Trump continuó diciendo que su administración “continuaría responsabilizando directamente al régimen ilegítimo de Maduro por cualquier amenaza que pueda representar para la seguridad del pueblo venezolano”.
La medida se produce casi dos semanas después de que Maduro fuera investido para un segundo mandato que Estados Unidos, docenas de otros países y la oposición venezolana habían denunciado como ilegítimo. Desde entonces, Trump había considerado reconocer a Guaidó, el presidente de la Asamblea Nacional, como el presidente legítimo del país, y los principales funcionarios de la administración Trump gradualmente intensificaron sus declaraciones públicas, sentando las bases para este paso.
El secretario de Estado Mike Pompeo emitió una declaración que decía en parte: «Estados Unidos apoya al presidente interino Juan Guaidó, a la Asamblea Nacional elegida democráticamente y al pueblo de Venezuela mientras restauran pacíficamente el orden constitucional en su país. “… Estados Unidos mantiene relaciones diplomáticas con Venezuela y conducirá nuestras relaciones con Venezuela a través del gobierno del presidente interino Guaidó, quien ha invitado a nuestra misión a permanecer en Venezuela… Hacemos un llamado a las fuerzas militares y de seguridad venezolanas para que sigan protegiendo el bienestar de todos los ciudadanos venezolanos, así como de los ciudadanos estadounidenses y otros ciudadanos extranjeros en Venezuela”.
A estas declaraciones antecede que Trump estaba considerando reconocer a Guaidó como el presidente legítimo de Venezuela y que la Casa Blanca estaba considerando sanciones petroleras. Cuando se le preguntó si la administración agregaría a Venezuela a la lista de estados patrocinadores del terrorismo, como varios legisladores han solicitado, un funcionario del Consejo de Seguridad Nacional se refirió a una declaración anterior del portavoz del NSC, Garrett Marquis, en la que dijo que Estados Unidos estaba «considerando actualmente todas las herramientas diplomáticas, políticas y económicas en su arsenal en respuesta a la usurpación del poder por parte del régimen ilegítimo de Maduro». Trump, junto con Pence y el asesor de seguridad nacional John Bolton, se reunieron en la Casa Blanca el 22 de febrero de 2019 con una delegación de legisladores republicanos de Florida -los senadores republicanos Marco Rubio y Rick Scott, el representante Mario Díaz-Balart, así como el gobernador Ron DeSantis- para discutir el asunto, dijo la fuente del Congreso. Rubio dijo que la delegación instó a Trump a reconocer a Guaidó como presidente de Venezuela. «Alentamos al presidente hoy a seguir adelante con lo que ya declaró, que es que Maduro es ilegítimo. El siguiente paso lógico es reconocer al presidente de la Asamblea Nacional como el presidente legítimo», dijo Rubio a los periodistas después de salir de la Casa Blanca.
Vale subrayar que una propuesta de crear un presidente en el exilio con miles de millones de dólares en activos, como Juan Guaido, representa un atractivo para prestarle todo el apoyo posible por la capacidad infinita de “pago de favores” que tiene ese falso presidente. Del párrafo anterior surgen nombres, conjuntamente con otros que se incorporaron al “ataque piraña”, que aparecen en muchas denuncias como el escudo defensivo de Guaido y su Banda.
Quizás porque la fiesta de las pirañas era muy exclusiva en ese momento, la Casa Blanca no invitó a ningún demócrata a la reunión del 22 de enero de 2019. “La administración no está tratando de hacer que estos esfuerzos sean bipartidistas, incluso si somos los líderes en el tema”, dijo Juan Pachón, portavoz del senador Bob Menéndez, el demócrata de mayor rango en el Comité de Relaciones Exteriores del Senado, quien ha condenado el régimen de Maduro. En ese mismo mes de enero Menéndez presentó una legislación junto con Díaz-Balart que otorgaría a los ciudadanos venezolanos en los EE. UU. un estatus de protección temporal.
Trump fue utilizado para facilitar el robo de Guaido y su Pandilla
Surgen preguntas en qué se gastó Guaidó más de 200 millones de dólares en tres años, pero existen indicios y denuncias de sus mismos entornos que el monto de lo robado es mucho mayor. Una de las cuentas sobre el uso de fondos que se conocen las ha divulgado el BCV ad hoc (el BCV de la Narnia de Guaido). A través del «Fondo para la Liberación de Venezuela» se desembolsaron 198,2 millones de dólares, mientras que para pagos a abogados en el exterior y trámites de licencias ante la OFAC se gastaron 10,6 millones. Sin embargo, el monto podría ser mayor, considerando el fondo de 347 millones a los que tenía acceso. Los gastos del gobierno interino de Juan Guaidó, reportados por el BCV ad hoc, ascienden a 208 millones de dólares en pagos a abogados para gestionar la protección de los activos en el exterior, tramites de licencias ante la Oficina de Control de Activos Extranjeros de Estados Unidos y préstamos mediante el Fondo para la Liberación de Venezuela.
El informe precisa que solo entre enero de 2020 y diciembre de 2022, Guaidó realizó 16 desembolsos para la defensa jurídica internacional del patrimonio que se encuentra fuera del país, 14 de ellos se efectuaron a nombre de la firma Arnold & Porter Kaye Scholer LLP, uno a Sullivan & Cromwell LLP y otro más por el litigio llevado en la corte de Londres. En las gacetas legislativas número 14, 18, 39 y 44 se oficializó la autorización de las transferencias, cuyo total asciende a 10.674.912,49 dólares, solo por “servicios profesionales de abogados en atención a activos en el exterior a ser protegidos y trámites de licencias ante la OFAC”.
En el caso de los desembolsos relacionados con los “préstamos a la República en el marco de la Ley Especial del Fondo para la Liberacion de Venezuela, del cual hay indicios de un entramado de corrupción en Cucuta, el dirigente de Voluntad Popular autorizó 147 pagos para la defensa de la democracia a través de la ejecución presupuestaria de la oficina de la Presidencia, Procuraduría, Consejo de Defensa Judicial, y Juntas ad hoc de Petróleos de Venezuela (PDVSA), el Banco de Desarrollo Económico y Social de Venezuela (BANDES), Petroquímica de Venezuela (Pequiven), Banco Central de Venezuela (BCV), la Corporación Venezolana del Petróleo (CVP) y la Corporación Venezolana de Guayana (CVG).
Para todas las instancias mencionadas, Guaidó aprobó un total de 198.214.818,77 dólares de acuerdo con el reporte de gestión del BCV ad hoc. El uso de fondos asciende en su totalidad a 208.889.731,26 dólares.
La suma requirió permisos de la Oficina de Control de Activos Extranjeros (OFAC) de Estados Unidos y un consejo de administración de gastos, aseguró Manuel Rodríguez, presidente de la junta directiva del banco central administrado por la oposición, quien según Reuters, sostiene que el dinero se asignó en un fondo que financió asistencia humanitaria, programas para la “defensa de la democracia” y el funcionamiento del gobierno interino.
Sin embargo, el gasto podría ser mayor, considerando que en la reserva en el Citibank de Nueva York, que maneja el BCV ad hoc, había una cuenta inicial de 347 millones de dólares por concepto de “activos recuperados”
Los recursos estatales gastados por Juan Guaidó fueron en vano, considerando que las batallas legales por los activos de Venezuela en el extranjero han sido infructuosas. De hecho, la diputada opositora Dinorah Figuera reconoció que la Asamblea Nacional legítima, electa en 2015, desconoce el estatus actual de los activos de Venezuela en el exterior, entre los cuales destacan las acciones de Citgo, filial de la estatal Petróleos de Venezuela (PDVSA) en Estados Unido, avaluadas en más de 11.000 millones de dólares. Esta compañía tiene tres refinerías en los estados de Louisiana, Illinois y Texas, que juntas procesan 740.000 barriles diarios de crudo.
También están los 1.822 millones de dólares correspondientes a 32 toneladas de oro que se encuentran en las bóvedas del Banco de Inglaterra. Si bien en julio de 2022 la Corte Suprema del Reino Unido rechazó una demanda del gobierno de Nicolás Maduro para tomar el control de las reservas de oro en Londres e interpuso una apelación que sigue en curso. Además, hay vacíos sobre lo que gastó Guaidó cuando falta información sobre los casi 1,4 millones de dólares que se encuentran en el sistema de liquidación de activos de Euroclear. Sin mencionar otros fondos desbloqueados en el exterior que entre todos suman cerca de 30.000 millones de dólares. Lo ocurrido con las bombas de gasolina de CITGO es material para Netflix.
Ahora Guaido y su Banda Hamponil tienen que rendirle cuentas a los mecanismos de arreglo de cuentas del presidente Trump II, quien sabe que fue estafado y burlado, la historia esta en pleno desarrollo.
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