Errores de Cachorra

Pedro Luis Martín Olivares – La Cachorra del Imperio María Corina Machado dejo claramente visible esta semana dos puntos clave de su estrategia política-electoral, ambos puntos subsumidos en una sola narrativa.

Sus voceros de confianza en Miami hicieron el planteamiento y luego se produjo su difusión a través de sus redes pagadas. “No hay puesto en el avión para Diosdado Cabello”, así lo titularon. En la fantasía de la Cachorra, Nicolas pierde las elecciones el día 28 de julio, esa misma noche el Presidente del CNE, Elvis Amoroso, lee el primer boletín con resultados irreversibles dándole el triunfo a Edmundo y de inmediato, al estilo de Marcos Pérez Jiménez en 1958, Nicolas Maduro sale corriendo al aeropuerto con unas maletas llenas de dólares, con toda su familia y amigos cercanos, abordan un avión que los llevara a Moscú, pero en ese avión no hay lugar para Diosdado Cabello, quien se queda abandonado en el aeropuerto.

Los cuentos de la Cachorra no son casuales, emocionales o accidentales, forman parte de operaciones psicológicas provenientes de grupos especializados financiados por sus dueños. El primer laboratorio apunta a dividir el chavismo, afianzar la idea, puesta en marcha desde hace tiempo, de que Nicolas está enfrentado a Diosdado, de que son enemigos unidos por las mismas amenazas, tanto internas como externas, de que los principales colaboradores de Nicolas: Cilia, Delsy, ministros, gobernadores, alcaldes, Jorge, Diputados, Poderes Públicos y miembros de las Fuerza Armada Nacional Bolivariana con cargos de gobierno conforman un bloque anti Diosdado. Este primer laboratorio representa una de las principales debilidades de la Cachorra en particular y de los Traidores a la Patria, pide sanciones en general.

Toda esta concepción errónea del escualidismo tiene su inicio desde que Chávez apareció en la historia en el año 1994, fue subestimado, se pensó que era un militar carismático manipulable por los Country Club de Caracas, por eso lo dejaron correr y cuando fue electo presidente en 1998 gana abrumadoramente en los Centros de Votación de las zonas Country Club. Celebraban en las mansiones como parte del Decreto Fukuyama, de que las disputas ideológicas habían acabado en el mundo y la única vía hacia el progreso de la humanidad era la que imponía el unilateralismo de los Estados Unidos. Lejos de haber terminado las ideologías, Chávez era la semilla redentora y la historia tenia un importante papel para el pueblo venezolano, que se alzó contra el neoliberalismo en 1989 al plantear el proyecto de un socialismo para el siglo XXI.

Chávez y su chavismo no era un proyecto económico o llegar al poder por el poder, al contrario, utilizo su capacidad para interpretar las necesidades y las aspiraciones de las masas venezolanas y confió en los poderes creadores del pueblo venezolano. Encabezó un proyecto social que no solo reivindicó su propia tradición anticolonial al renovar el pensamiento de Simón Bolívar, sino que también rescató las luchas históricas de los pueblos durante el siglo XX contra el imperialismo estadounidense.

Chávez fortaleció el proyecto revolucionario venezolano, en cuyas raíces estaba la premisa bolivariana de la independencia, el concepto robinsoniano de la originalidad de América y el principio igualitario de democracia popular, contenido en el lema de Ezequiel Zamora: Tierras y hombres libres. Horror a la oligarquía. Una vez reconstruido el camino para la defensa del interés nacional y la lucha contra el neoliberalismo, Chávez toma el rumbo de un nuevo socialismo por construir, el Socialismo del Siglo XXI, donde a los elementos de las luchas históricas de la clase trabajadora del siglo XX, se le agregan elementos propios de la realidad actual venezolana y latinoamericana.

 Por estas razones, Nicolas es chavismo, Diosdado es chavismo, los entornos y amigos de ambos son chavismo y se cruzan en hermandad unidos por ideas y no por intereses personales, son los cientos de miles de “mosqueteros” que se la juegan con el lema “todos para uno y uno para todos”. Comportamiento, rodilla en tierra, que se ha visto iteradamente como respuesta en “bloque unido” en cada compromiso electoral, político, social o institucional, que le tocó enfrentar, primero a Hugo Chávez y ahora, a Nicolas Maduro. Jamás ha habido en el chavismo una división, un rompimiento por razones ideológicas, conceptuales o temas fundacionales. Por eso la Cachorra fracasa en su intento de sembrar divisiones en una masa popular herméticamente unida por convicciones sembradas por la mano de Chávez. La Cachorra se está proyectando, término psicológico, porque eso sí esta ocurriendo con ella, su entorno más cercano tolera “por ahora” su comportamiento totalitario de mando, trabajan con miedo abrigando las esperanzas de que después de su derrota el 28 de julio, ella quedé con suficiente poder en la oposición como para lograr su apoyo para ser alcaldes, diputados, gobernadores u operadores políticos, que les permitan resolverse económicamente. Ese es el pegamento de su entorno más cercano nadando en el odio acumulado con potencial de venganza, porque el resto, cuando de los partidos que apoyan a la Tapa Edmundo se trata, lo que existe es un desprecio siempre mirando la “bajadita” que viene después del 29 de julio para desquitarse de ella.

El segundo laboratorio que se deja ver la Cachorra igualmente como un error político, no táctico, sino estratégico, lo representa su objetivo de exterminio del enemigo. Al ganar Maduro Venezuela marchará hacia una Venezuela en paz, prospera y sin sanciones, donde los que compitieron contra él mejorarán con seguridad su calidad de vida, hoy mermada por sus propios errores, seguirán viviendo en Venezuela sin persecuciones de ningún tipo. Pero esa no es la postura de la Cachorra, María Corina no puede ocultar su mirada de odio, respira venganza, siente placer solo con pensar en la persecución masiva del chavismo nacional e internacionalmente cuando se deleita pensando en su fantasía contenida en el primer párrafo de este Articulo. En ese supuesto negado, la derrota del chavismo obliga de inmediato a salir huyendo de Venezuela a todos los dirigentes del chavismo para evitar la muerte, la cárcel, la persecución o los guetos. 

A manera de conclusión temporal, debo decir, hoy faltan 29 días para un trámite constitucional que tendrá como resultado el fortalecimiento de la nueva historia de Venezuela, esa que nació en Sabaneta, de dos maestros de educación primaria, en lo profundo del llano venezolano, la que partió en dos la historia reciente de América Latina y el Caribe, es la historia de Chávez, Maduro y Diosdado.  

 

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Pedro Luis Martín Olivares

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