Pedro Luis Martín Olivares – La afirmación de que Irak poseía armas de destrucción masiva (ADM) fue una de las mentiras más notorias de la historia reciente, utilizada para justificar la invasión de Estados Unidos y sus aliados en 2003.
Sin embargo, a lo largo de la historia, ha habido otros casos similares en los que se han fabricado o exagerado amenazas para justificar guerras, intervenciones o represión. Veamos algunos ejemplos:
1. El incidente del USS Maine (1898) – Guerra Hispano-Estadounidense. La mentira: Estados Unidos acusó a España de hundir el buque USS Maine en La Habana, Cuba, lo que sirvió como pretexto para declarar la guerra. La realidad: No hubo pruebas concluyentes de que España estuviera detrás de la explosión, posiblemente fue un accidente interno. El grito de guerra «¡Recordad el Maine!» impulsó el apoyo público a la guerra, que terminó con Estados Unidos apoderándose de Puerto Rico, Filipinas y Guam.
2. Operación Ajax (1953). Pretexto: Se presentó como una estrategia para prevenir el comunismo en Irán. Realidad: La CIA orquestó un golpe de Estado para derrocar al primer ministro Mohammad Mossadegh tras la nacionalización de los intereses petroleros británicos. Resultado: Se instaló al Shah Reza Pahlavi, lo que generó un sentimiento antiestadounidense a largo plazo. Fuentes: Documentos desclasificados de la CIA (2013).
3. Invasión de Bahía de Cochinos (1961). Pretexto: Descrita como una revuelta liderada por el exilio cubano contra Fidel Castro. Realidad: Fuerzas financiadas y entrenadas por la CIA para derrocar a Castro, violando el derecho internacional. Resultado: La invasión fallida fortaleció el régimen de Castro y los lazos soviéticos.
4. El Golfo de Tonkín (1964) – Escalada en Vietnam. La mentira: Estados Unidos afirmó que barcos norvietnamitas atacaron destructores estadounidenses en el Golfo de Tonkín, lo que llevó a la Resolución del Golfo de Tonkín y a la escalada militar. La realidad: Documentos desclasificados posteriormente revelaron que el segundo «ataque» nunca ocurrió. El presidente Lyndon B. Johnson supuestamente exageró el incidente, pero se usó para justificar una guerra larga y devastadora.
5. Invasión de Panamá (1989). Pretexto: Proteger a los ciudadanos estadounidenses y restaurar la democracia mediante la destitución de Manuel Noriega. Realidad: Noriega, antiguo aliado de la CIA, fue blanco de ataques tras resistirse a la presión estadounidense. Resultado: Cientos de civiles muertos; Noriega encarcelado en Estados Unidos por narcotráfico.
6 Los bebés incubadora de Kuwait (1990) – Guerra del Golfo. La mentira: Una joven kuwaití testificó ante el Congreso de Estados Unidos que soldados iraquíes arrancaban bebés de incubadoras en hospitales, lo que generó indignación. La realidad: La testigo era la hija del embajador de Kuwait en Estados Unidos y la historia fue exagerada por la firma de relaciones públicas (Hill & Knowlton) para ganar apoyo a la guerra.
7. Las armas nucleares de Irán (2000s-2020s). La mentira: Israel y Estados Unidos han repetido durante años que Irán está a punto de desarrollar armas nucleares, aunque inspectores de la OIEA no han hallado pruebas concluyentes. La realidad: Irán ha enriquecido uranio, pero no hay evidencia firme de un programa militar activo. La retórica ha servido para justificar sanciones y amenazas de guerra.
8. Guerra de Irak (2003). Pretexto: Saddam Hussein poseía armas de destrucción masiva y tenía vínculos con Al-Qaeda. Realidad: No se encontraron armas de destrucción masiva y la Comisión del 11-S no halló vínculos operativos entre Irak y Al-Qaeda. Resultado: La invasión provocó un cambio de régimen, un conflicto prolongado e inestabilidad regional. Fuentes: Informe del Grupo de Investigación de Irak de la CIA de 2004; Investigación Chilcot (2016).
9. Intervención en Libia (2011). Pretexto: Intervención humanitaria para proteger a los civiles de Muamar el Gadafi. Realidad: Los ataques aéreos de la OTAN excedieron el mandato de la ONU, lo que provocó un cambio de régimen. Resultado: Inestabilidad y guerra civil tras asesinato de Gadafi.
10. Ataque de Trump 1 contra Qasem Soleimani (2020). Pretexto: Supuestas «amenazas inminentes» a las embajadas estadounidenses. Realidad: Los informes del Congreso no aportaron pruebas de planes inminentes específicos. Resultado: Aumento de las tensiones con Irán.
Es pertinente hacer algunas consideraciones.
Contexto clave. Motivaciones complejas: Los intereses geopolíticos (recursos, influencia estratégica) a menudo se entrelazan con los objetivos humanitarios o de seguridad declarados.
Inteligencia pública vs. clasificada: Algunas afirmaciones provienen de información de inteligencia genuina (pero deficiente), mientras otros implican manipulación deliberada.
Debate histórico: Los académicos enfatizan factores sistémicos (p. ej., el anticomunismo de la Guerra Fría, los paradigmas de seguridad posteriores al 11-S).
Si bien estos casos presentan discrepancias documentadas, las interpretaciones de la intención siguen siendo controvertidas. El análisis crítico de las fuentes primarias y el contexto histórico es esencial para comprender estos eventos.
Lo cierto es que existen indicios claros de que se encuentra en proceso una tormenta perfecta dirigida a crear las condiciones para justificar que Venezuela sea atacada bélicamente por Estados Unidos, utilizando la mentira: El gobierno de Nicolas Maduro está invadiendo a Estados Unidos con la organización criminal El Tren de Aragua.
La mentira es un dispositivo estratégico de la Política Exterior de los Estados Unidos, instituciones como la DEA lo lleva en su ADN. Por ejemplo,las mentiras que usa la DEA para incriminar a inocentes es una puerta giratoria que permite inculpar a unos mientras desaparece las penas otros.
La DEA a menudo recurre a informantes, algunos de los cuales pueden proporcionar información poco fiable a cambio de sentencias reducidas o incentivos económicos. En algunos casos, los informantes han falsificado pruebas o testimonios, lo que ha dado lugar a ataques injustificados. Por ejemplo: Escándalo de la «Casa Blanca» (década de 1980): Un informante de la DEA en Los Ángeles implicó falsamente a personas en el tráfico de drogas, lo que resultó en arrestos injustificados. Investigaciones posteriores revelaron que el informante había mentido para obtener beneficios. Abusos en el decomiso de activos: En ocasiones, los informantes han afirmado falsamente que personas estaban involucradas en actividades relacionadas con el tráfico de drogas para facilitar la incautación de activos bajo las leyes de decomiso civil.
Preocupaciones sobre la construcción paralela. La DEA ha sido criticada por su «construcción paralela», donde la evidencia obtenida mediante vigilancia inconstitucional (por ejemplo, las escuchas telefónicas de la NSA) se recrea por medios legales sin revelar la fuente original. Esta práctica, revelada por Reuters en 2013, corre el riesgo de contaminar los casos y ocultar violaciones del debido proceso.
Falsificación de pruebas o testimonios. Se han revelado casos aislados de agentes de la DEA que falsifican pruebas: Caso de los agentes de la DEA de San Diego (2010): Dos agentes fueron investigados por falsificar informes y mentir bajo juramento, lo que resultó en la desestimación de los cargos en múltiples casos. Condena del agente Chad Scott (2019): Un exagente de la DEA en Nueva Orleans fue condenado por perjurio y falsificación de pruebas, lo que resultó en la anulación de las condenas de varios acusados.
Excesiva dependencia de pruebas de campo defectuosas. El uso de kits de pruebas de drogas en carretera propensos a errores (por ejemplo, falsos positivos para cocaína o metanfetamina) ha provocado arrestos injustificados. Personas inocentes, como Amy Albritton (Texas, 2010), pasaron meses en prisión antes de que las pruebas de laboratorio demostraran su inocencia.
Decomiso de bienes sin condena. El uso del decomiso de bienes civiles por parte de la DEA permite la incautación de bienes basándose únicamente en la sospecha. Los propietarios inocentes a menudo deben demostrar la inocencia de sus bienes, un proceso legalmente complejo. Un informe del Departamento de Justicia de 2017 reveló una supervisión deficiente de estas prácticas.
LA ORGANIZACIÓN CRIMINAL EL TREN DE ARAGUA Y EL CARTEL DE LOS SOLES
Una Organización Criminal por Definición es una estructura delictiva altamente organizada, con jerarquías claras, división de funciones y operaciones a gran escala. Posee una estructura compleja: Líderes, subordinados, células especializadas (lavado de dinero, sicarios, corrupción). Cometen delitos graves y sistemáticos: Narcotráfico, trata de personas, crimen transnacional, blanqueo de capitales. Desarrollan una logística avanzada: Usan tecnología, sobornos y conexiones internacionales. Tienen Capacidad de corrupción: Infiltración en gobiernos, policía y sistema judicial. Ejemplo: Cárteles de droga como el Cártel de Sinaloa o la mafia italiana (Cosa Nostra).
Afirmar que el gobierno de Venezuela dirige o tiene relación con el Tren de Aragua y el Cartel de los Soles es completamente falso de toda falsedad y con la verdad y Dios por delante el gobierno de Venezuela desplegará una ofensiva mediática, de difusión de la verdad, de argumentación, de accionamiento de lobbies internacionales, de facilitación de acceso a Comisiones Internacionales Imparciales que vengan a Venezuela a comprobar nuestras verdades y de todo lo que legalmente exista para desmontar “a priori” todas las razones que puedan justificar una acción bélica contra Venezuela.
No tenemos armas nucleares para responder, pero si la misma fuerza moral y ética del Tio Ho para defender perpetuamente cada milímetro de la tierra sagrada de Bolívar. No somos un narco Estado ni nos relacionamos con carteles ni mega bandas, al contrario, las combatimos sin doble moral, como sí es el caso de la lucha contra el narcotráfico interno en Estados Unidos. Estamos dispuestos a cooperar en todos los sentidos, con todas las organizaciones internacionales alineadas, claro siempre y cuando se haga en el marco del respeto reciproco. En esa lucha infinita nuestros enemigos serán los invasores y los venezolanos traidores que los han apoyado.
Vamos a presentar desde todas nuestras embajadas en el mundo una advertencia a los respectivos gobiernos sede sobre la amenaza de que estamos siendo objeto, y vamos a accionar en todas las instituciones internacionales formales los mecanismos diplomáticos pertinentes que conduzcan a proteger a Venezuela de esa pretensión asomada por cabezas opositoras venezolanas traidoras y vende patria de que Venezuela sea el Estado 51 de los Estados Unidos.
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