Almirante de aguas turbulentas

Pedro Luis Martín Olivares – Desde que Nicolas Maduro asumió la presidencia de Venezuela, le ha correspondido lidiar con problemas de todo tipo y de incalculable monta.

Ese buque llamado Patria ha sido atacado sin misericordia desde afuera, promovido y con colaboración de marineros venezolanos desde adentro, algo impensable en el mundo real. Los casos emblemáticos históricamente registrados terminaron con la pena capital o la cadena perpetua en todos los países donde se cometió ese tipo de delito. Esa infamia no la sufrieron los almirantes Isoroku llamamoto, Chuichi Nagumo, Chester Nimitz o Nikolai Kusnetsov, pero ha sido la manera de hacer política de parte de la oposición política venezolana, gracias a Dios, hoy cada vez con menos credibilidad internacional y con tendencia a desaparecer e inclusive a desencadenar una “operación bumerán” contra ellos mismos, ya que sus amos se dieron cuenta de que su único objetivo es la corrupción.

Hoy, Maduro II, fortalecido por las experiencias vividas con cercanos colaboradores, con la organización férrea del PSUV, con el contraste entre el decir y el hacer de sus equipos de gobierno, con la mano de hierro contra la corrupción que se ha ido templando hasta convertirse en acero, con la necesidad de sacar a la Patria de las turbulencias, para navegar en aguas mansas donde se pueda hacer de Venezuela una potencia mundial y con la profundización del encuentro consigo mismo a niveles de reflexión, que se nota en su quehacer diario, genera una percepción general de confianza en que viene un gran futuro.

El futuro de Nicolás Maduro depende del diseño del nuevo país, de ese país que resurgirá de la transformación de la Constitución, derivando en la implementación de políticas públicas de primer mundo que repercutirán positivamente en la familia venezolana.

Si la familia, tiene ingresos suficientes independientes se hace libre y puede decidir el futuro de sus hijos. El ingreso viene del sector privado o del gobierno. Se promoverá el desarrollo industrial y comercial con un mínimo de barreras regulatorias, acompañado de “políticas de contención claras y abiertas”, para asegurarse de que las fortunas acumuladas no sean utilizadas para meterse en política y mucho menos destinadas a “potes” para tumbar gobiernos, de esa forma puede haber “libertad económica condicionada legalmente” y la fiesta se llevará en paz, de lo contrario el Estado se protegerá.

Nicolás Maduro II va a reinventar su liderazgo y fortalecer su legado político. Con una vasta experiencia en la política venezolana, va a enfocarse en la reconciliación nacional, promoviendo el diálogo entre todas las fuerzas políticas no vende Patria. Un enfoque inclusivo y colaborativo va a ayudar a superar las divisiones y construir un consenso en torno a políticas que beneficien a todos los venezolanos.

A pesar de los desafíos económicos, Venezuela cuenta con recursos naturales estratégicos, como el petróleo, base para una recuperación económica sostenible. Con reformas económicas efectivas, atraer inversiones extranjeras y diversificar la economía, el país va a experimentar un crecimiento significativo. La estabilización de la moneda y el control de la inflación serían pasos cruciales para mejorar la calidad de vida de los venezolanos.

En este marco, Maduro tiene las herramientas y el talento humano para mejorar las relaciones internacionales de Venezuela, como en efecto se está haciendo. Mediante una diplomacia activa y constructiva, fortalecer los lazos con aliados tradicionales y, al mismo tiempo, abrir nuevos canales de diálogo con países que han sido críticos de su gobierno. Una política exterior pragmática y orientada a la cooperación ayudará a Venezuela a reintegrarse plenamente en la comunidad internacional.

Sin sanciones y libre para tomar decisiones económicas sin vetos, Maduro aplicará un enfoque renovado en la inversión social, clave para el impacto positivo en la familia venezolana. Priorizar los servicios de educación, salud, agua, electricidad y conectividad no solo mejoraría las condiciones de vida de los venezolanos, sino que también sentaría las bases para un desarrollo humano sostenible. Afinar programas sociales, bien diseñados y transparentes reforzaran la confianza de la población con incidencia positiva en la diáspora venezolana, unos regresaran y los estables enviaran remesas a sus familiares hasta que ya no las necesiten y se revierta el proceso.

El futuro se hace mayor con la innovación y la tecnología, temas clave en Maduro II. Fomentar el emprendimiento, apoyar a las startups y modernizar la infraestructura tecnológica del país van a posicionar a Venezuela como un líder en la región en términos de innovación. Esto, a su vez, atraerá talento y capital, impulsando el crecimiento económico.

El almirante no reposa, le quedan seis años frente al timón, si ha sido capaz de sobrevivir a los peores ataques y el barco sigue a flote, hay que imaginarse lo que hará al mejorar las condiciones. Después vendrá el reposo del guerrero.

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Pedro Luis Martín Olivares

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