Pedro Luis Martín Olivares – Autoridades y empresarios mexicanos, aprovechan la oportunidad de negocio que representa el sello halal, que certifica las comidas permitidas por la ley islámica.
Este mercado en los países musulmanes, representa un potencial de 1.800 millones de personas.
“Si nos quedamos en una producción típica de la que hoy tenemos es que en un futuro solo podremos llegar a dos tercios del mundo. La población musulmana representa una oportunidad de mercado a nivel mundial y no tradicional para México”, dijo el director de la asociación Mexican Beef Exporters, Rogelio Pérez.
120 fabricantes marchando
Hoy en día, treinta firmas mexicanas ya exportan productos cárnicos mediante la certificación Halal, y el Gobierno se comprometió a lograr que 120 fabricantes de productos tan diversos como carne de res y pollo, alimentos del mar enlatados, salsas o café logren la certificación este año.
“El objetivo que tenemos es alcanzar exportaciones por 1.000 millones de dólares al mercado de los consumidores islámicos”, indicó el portavoz de la Presidencia, Eduardo Sánchez, en la presentación de una estrategia para expandir el comercio agroalimentario.
Diversificar se ha convertido en una de las palabras de moda del Ejecutivo desde que Donald Trump ganó las elecciones a la Casa Blanca en noviembre pasado, poniendo en la encrucijada los más de 500.000 millones de dólares de comercio anual con EE.UU. y el 80 % de las exportaciones de México.
Características a cumplir
El sello Halal requiere cumplir con una serie de estrictas especificaciones.
Los productos no deben contener en su composición nada que sea considerado ilícito según la sharía o ley islámica, lo que implica que deben ser preparados, elaborados, transportados y almacenados utilizando aparatos o medios que estén exentos de aquello que sea ilegal.
Según el Instituto Halal, la principal entidad que otorga sellos en España y que, desde diciembre, es la encargada de certificar empresas en México, el “haram” es todo aquello que está prohibido en la ley islámica.
Por ejemplo, la carne de cerdo o jabalí, los animales carroñeros, los que fueron sacrificados sin invocar el nombre de Dios, la sangre, el alcohol, los aditivos, conservantes y colorantes o incluso la pornografía.
Poderosas ganancias
En este contexto, el sector ganadero en México busca adaptarse a un mercado que les puede reportar, solo para la carne de res, alrededor de 20.000 toneladas y 100 millones de dólares, indicó Pérez.
Grupo Gusi, con más de 100.000 cabezas de ganado y 20.000 reses sacrificadas al mes, es una de las empresas cárnicas que ya gozan de certificado.
Actualmente vende el 65 % de sus piezas en México, mientras que el 35 % restante se exporta a Estados Unidos, Canadá, Japón y Hong Kong.
“Y ahora estamos iniciando operaciones en el Medio Oriente, especialmente en Qatar, donde México como país tiene la certificación para exportar a este país”, contó Manir Chujfi, director de Exportaciones de esta firma con sede en el estado de San Luis Potosí (centro-norte).
Para el representante de la compañía, Gusi ha encontrado en los “mercados religiosos” un nuevo nicho de oportunidad; primero lograron la certificación kosher para judíos y ahora el halal para musulmanes.
Pedro Luis Martín Olivares
Economía y Finanzas
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