Maduro y los próximos 4 años de Trump

Pedro Luis Martín Olivares – Mañana asume Donal Trump presidencia de los Estados Unidos, presidencia 47 que tiene preocupados a casi todos los gobiernos de los países del mundo, ya que las expectativas de su política exterior anunciadas, representan vectores de incidencia directa o indirecta en todas las guerras y conflictos existentes, aparte de iniciar una disrupción en la tradicional postura de Estados Unidos en sus relaciones con los asuntos de la comunidad internacional.

Nuestro país se inscribe en esa agenda de manera marginal, no somos un país que representa ser amenaza para nadie, somos un país abierto a la inversión internacional, las sanciones de los Estados Unidos lo han impedido en los últimos años, pero eso ha sido un mal negocio para todos, con un pésimo resultado esperado para los promotores y actores de las sanciones.

Hicimos una elección el pasado mes diciembre para escoger 30.000 Jueces de Paz con 30.000 Jueces Suplentes, en estos días el pueblo se encuentra votando en los Consejos Comunales de Venezuela para escoger los 3 principales Proyectos a ser ejecutados por los gobiernos locales, estadales y nacional en su comunidad, este ano tendremos elecciones de Alcaldes, Concejales, Diputados Regionales y Nacionales y Gobernadores, es decir, Venezuela es una Democracia.

Veamos la verdadera agenda del Presidente Donal Trump, según los verdaderos analistas objetivos de los principales diarios del mundo.

Los críticos de Trump lo han acusado a menudo de bufonería y aislacionismo. Pero incluso antes de que haya prestado juramento, Trump ha demostrado que esos calificativos se quedan cortos. Ha ayudado a asegurar un alto el fuego y un acuerdo sobre rehenes en Gaza y ha sorprendido a los políticos europeos con una apuesta que rompió tabúes por el control de Groenlandia con sus minerales y su posición estratégica en el Ártico. Ya está claro que el impacto del segundo mandato de Trump en el resto del mundo será a la vez más disruptivo y más trascendental que el primero. Trump está suplantando una visión del papel de Estados Unidos en el mundo que prevaleció desde la segunda guerra mundial. Hoy se puede empezar a hablar de la Doctrina Trump. Donald Trump cambiará 80 años de política exterior estadounidense. El enfoque de una superpotencia hacia el mundo está a punto de dar un vuelco.

Durante décadas, los líderes estadounidenses han sostenido que su poder conlleva la responsabilidad de ser el defensor indispensable de un mundo que se vuelve más estable y benigno gracias a la democracia, las fronteras establecidas y los valores universales. Trump abandonará esos valores y se centrará en acumular y explotar el poder. Su enfoque se pondrá a prueba y se definirá en tres conflictos: Oriente Medio, Ucrania y la guerra fría de Estados Unidos con China. Cada uno de ellos muestra cómo Trump se ve impulsado a romper con las últimas décadas: en sus métodos poco ortodoxos, su acumulación y uso oportunista de la influencia, y su creencia de que el poder por sí solo crea la paz.

El Oriente Medio es un ejemplo de su talento para la imprevisibilidad. Los israelíes y los palestinos acabaron aceptando un acuerdo sobre Gaza porque Trump les puso una fecha límite al amenazarlos de que “se desataría el infierno” si no lo hacían. Tendrá que seguir presionándolos para que el acuerdo avance a sus últimas fases. Desde Richard Nixon, ningún presidente ha parecido comportarse como un “loco” como una fuente de ventaja.

El capricho se ve reforzado por el pragmatismo. A diferencia de la mayoría de los pacificadores, Trump muestra un desinterés alegre por la tortuosa historia de Oriente Medio. Los acuerdos de Abraham, firmados en su primer mandato, sugieren que utilizará la liberación de los rehenes para promover un acuerdo entre Israel y Arabia Saudita, que ve como la ruta hacia la prosperidad y un premio Nobel de la paz. Los aliados de Irán han sido aplastados en Gaza, Líbano y Siria. Puede que también esté dispuesto a llegar a un acuerdo.

Sin embargo, la patria de las tres religiones monoteístas será una dura prueba para ver si la gente está realmente dispuesta a dejar de lado sus creencias y sus quejas por una oportunidad de prosperidad. Una y otra vez, los extremistas de los dos bandos, israelí y palestino, han vetado los planes de paz recurriendo a la violencia para desacreditar al centro pragmático. La derecha israelí quiere anexionarse tierras palestinas. Irán se debate entre el diálogo con Estados Unidos y la búsqueda de una bomba nuclear. ¿Qué pasará si los fanáticos y los mulás se interponen en el camino de Trump? Su respuesta será aumentar la presión mediante sanciones o la amenaza del uso de la fuerza, o retirarse. Esa es también la elección que enfrenta en Ucrania, donde se ha comprometido a poner fin a los combates. Como tiene más influencia sobre los aliados de Estados Unidos que Vladimir Putin, la vía más fácil es retirarse poniendo fin al apoyo y así obligar al gobierno de Kiev a hacer concesiones, sobre todo si, como temen sus críticos, se siente halagado cuando Putin lo trata como un macho alfa a otro. Pero eso socavaría sus otros objetivos. El abandono provocaría comparaciones con Biden y su desafortunada salida de Afganistán. Teniendo en cuenta las comparaciones con Taiwán, China podría concluir que es un pusilánime. Puede que todavía decida que el hecho de que se le considere dispuesto a respaldar a Ucrania fortalecerá su posición contra Putin.

Un uso oportunista del poder tiene algunos beneficios. Trump seguirá presionando a los miembros de la OTAN para que gasten más en defenderse de Rusia, lo cual es bueno, pero también tiene costos. La OTAN probablemente pueda sobrevivir a las amenazas de Trump de retirarse, pelearse por el comercio, apoyar a los partidos conservadores nacionales insurgentes e intimidar a Dinamarca sobre la soberanía de Groenlandia. Sin embargo, las alianzas prosperan en la confianza. Los conservadores nacionales simpatizantes de Putin actuarán como un veneno. Teniendo en cuenta su tamaño, Dinamarca perdió tantos soldados en Afganistán como Estados Unidos. El hecho de que se les pulsee el brazo por Groenlandia es el tipo de tratamiento que presenta a Estados Unidos como una amenaza, no como un protector.

Los déspotas se sentirán reconfortados por un retroceso respecto de los valores universales. Si Trump afirma una esfera de influencia estadounidense que abarque a Canadá, Groenlandia y Panamá, ellos se sentirán aliviados.

Aparte de agenda externa mostrada, Trump tiene que ocuparse de hacer gestión interna y cumplir con sus promesas electorales, el cumplimiento de una de ellas fue entregada al hombre más rico del planeta, Elon Musk, a quien designo Secretario de Eficiencia Gubernamental, teniendo como meta reducir el gasto federal en 2 trillones de dólares, principalmente reduciendo la gigantesca burocracia, hay que imaginar los infinitos conflictos que eso va a producir. Un gobierno de este calibre no tiene tiempo para atender un presidente errante autodesignado, sin población ni territorio y una sifrina ego reprimida con agenda infinita. Los atenderá mientras el ruido se disipa, lo cual es para largo porque están bien financiado.

 

 

Sabías que puedes leer este artículo  y otros en Telegram

Telegram Messenger 1 - Black Friday: ofertas para la comunidad de Bitcoin y criptomonedas

Pedro Luis Martín Olivares

Sé el primero en comentar en «Maduro y los próximos 4 años de Trump»

Deja un comentario

Tu dirección de correo electrónico no será publicada.


*


*