Pedro Luis Martín Olivares – Mañana lunes 13 de octubre, la Real Academia Sueca de las Ciencias decide el ganador del Premio Nobel de Economía 2024. Este premio se instituyó para conmemorar el trescientos aniversario de la fundación del Banco de Suecia.
Se concedió por primera vez en 1969 y se le denominó así en memoria de Alfred Nobel. Desde entonces y hasta 2023 se ha concedido ininterrumpidamente durante 55 años a 89 ilustres laureados.
El 10 de diciembre, aniversario de la muerte de Alfred Nobel, el rey de Suecia hace entrega en el Salón Azul del Ayuntamiento de Estocolmo de los premios en sus distintas categorías, con excepción del premio Nobel de la Paz, que se otorga en Oslo.
Para llegar hasta ahí, en el mes de octubre del año anterior, el comité Nobel solicita candidatos a unos 75 departamentos de Economía de distintas universidades de todo el mundo, entre ellas a todas las de Escandinavia. Además, cada año invita a otras seis universidades distintas para que ofrezcan su opinión. También son consultados los anteriores Nobel que sigan vivos, 36 en la actualidad, así como a una serie de científicos que el comité considere que su actividad pueda estar relacionada de alguna manera con el entorno económico.
Las candidaturas recibidas, acompañadas de sus respectivas exposiciones de méritos, son estudiadas por una comisión de la Real Academia Sueca de las Ciencias, que decidirá entre ellas. El máximo de candidaturas recibidas correspondió al año 1992, donde Gary Becker tuvo que competir con otros 143 colegas. Curiosamente, el menor número de candidatos se produjo precisamente en la convocatoria de 1969, tal vez por ser la primera vez que se concedía el premio y tomó desprevenidos a los electores.
En esa ocasión solo fueron 30 los que optaron al generoso cheque, equivalente a un millón de dólares, con el que está dotado el Nobel de Economía, junto a una medalla de oro y un diploma. Cabe decir también, que su reglamento permite conceder el premio cada año a un máximo de tres personas, aunque en el caso de ser más de uno los premiados, el dinero debe ser repartido entre ellos a partes iguales.
Todo lo relativo a la concesión debe permanecer en secreto hasta que hayan transcurrido cincuenta años, así como la curiosa y tal vez ingenua disposición de que ninguno de los consultados puede proponerse a sí mismo. En el caso específico del Nobel de Economía se decidió recientemente mantener indefinidamente en secreto el nombre de los candidatos no elegidos.
Se podría afirmar esquemáticamente que existen dos tipos de ganadores del Nobel de Economía. Por un lado, los que podrían definirse como “economistas para economistas”: autores de trabajos eminentemente técnicos y muy influyentes en la investigación, pero oscuros para el gran público, como Debreu, Allais y Mirrlees. Por otro lado, están los premios “polemistas”: más conocidos fuera del ámbito de la economía, se trata de Samuelson, Friedman y Hayek, por ejemplo, y que gustan de participar en el debate público.
En este Artículo nos vamos a atrever a postular a un candidato al Nobel de Economía 2024 para mañana, que cumple, según la autoría de este Artículo, con los criterios de la Real Academia Sueca de las Ciencias, se trata de Vitalik Buterin quien ha realizado un trabajo significativo en el campo de la tecnología blockchain y las criptomonedas.
Buterin se convirtió en el multimillonario criptográfico más joven del mundo a los 27 años cuando Ether, la criptomoneda nativa de Ethereum, superó por primera vez los 3.000 dólares por moneda en mayo de 2021. Antes de Ethereum, Buterin escribió para Bitcoin Magazine, que lanzó en 2012 con Mihai Alisie. En 2014, Buterin recibió la beca Thiel, que ofrece 100 000 dólares a jóvenes menores de 23 años para que persigan intereses fuera del ámbito académico. El empresario ruso-canadiense y el resto del equipo de desarrollo lanzaron Ethereum un año después, una plataforma de blockchain que permite la creación de contratos inteligentes, acuerdos autoejecutables con términos escritos en código, y realizar operaciones financieras descentralizadas.
Entre otros aportes, Buterin escribió el White Paper de Ethereum en 2013, que sentó las bases para el desarrollo de la plataforma. Por otro lado, ha sido un defensor activo de la comunidad de criptomonedas y ha participado en diversas conferencias y eventos para educar sobre la tecnología blockchain. Ha estado involucrado en la transición de Ethereum a un modelo de prueba de participación (Proof of Stake) para mejorar la escalabilidad y la sostenibilidad, impulsando de esta forma el desarrollo de Ethereum 2.0.
Como complemento a sus aportes se pueden citar sus Investigaciones en tecnología blockchain, área donde ha publicado diversos artículos académicos y trabajado el área de la seguridad, escalabilidad y gobernanza de blockchains.
Veremos mañana si tenemos la razón, lo que no sabremos durante 50 años es si Buterin fue postulado para el Nobel de Economía y no ganó.
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