Pedro Luis Martín Olivares – El Hospital Castle Craig en la localidad de Peeblesshire, en Escocia, aplica un tratamiento residencial para aquellas personas que son adictas a comercializar criptomonedas.
Los expertos a la primera cripto clínica del mundo dijeron a Evening Standard que la cripto comercialización puede convertirse en una forma de adicción conductual, con comerciantes obsesivamente “pegados” a las fluctuaciones del mercado, minuto a minuto.
El programa de tratamiento elaborado está, por tanto, más cercano a los métodos existentes para el tratamiento de adicciones de juego, que los programas de abuso de sustancias.
Chris Burn, un terapeuta de juego en Castle Craig Hospital, citado por el Evening Standard, explicó que el criptomercado, de alto riesgo y fluctuante, atrae al jugador vulnerable. “Ofrece emoción y una huida de la realidad”.
Tony Marini, un antiguo adicto al juego lleva algunos de los nuevos tratamientos del centro. Marini dijo al Standard que ve el comercio de criptomonedas como una manera para que la gente pueda escapar de sí misma, a otro mundo, porque no les gusta el mundo en que se encuentran.
“La primera etapa del tratamiento es unirse a otros adictos en terapia de grupo y compartir sus historias de vida. Eso les ayuda a identificarse unos con otros y darse cuenta de que no están solos.”
Voceros del Castle Craig dijeron que actualmente no hay cifras sobre el número de “cripto adictos”, pero que “alrededor de 13 millones de personas en todo el mundo” están comerciando en el sistema.
El año pasado, Cointelegraph informó sobre un inversionista en Bitcoin que utilizó su vivienda como aval para un préstamo hipotecario de $325 000, buscando obtener un beneficio a mediano plazo en criptomonedas.
Desde otra perspectiva, ha habido cierto debate en el Reino Unido en cuanto a si declarar que el criptocomercio es una apuesta para evitar los impuestos a la autoridad tributaria británica, que generalmente considera los beneficios en criptos como ingresos sujetos a impuestos sobre las ganancias de capital.
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Pedro Luis Martín Olivares
Economía y Finanza
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