Pedro Luis Martín Olivares – Cuando en Estados Unidos alguien habla de Amazon (Amazonas en español) probablemente piense en la empresa de comercio electrónico fundada por Jeff Bezos.
También es posible que tenga en su mente a la Amazonia, la selva tropical más extensa del mundo localizada en América del Sur.
Eso es lo parecen haber hecho en Amazon al diseñar el nuevo “espacio de trabajo alternativo” que inauguraron en su sede en Seattle: un edificio conformado por tres grandes esferas de cristal en cuyo interior han creado una suerte de selva tropical.
Las Esferas, como ha sido llamada la enorme edificación hecha de vidrio y metal, contienen más de 40.000 plantas de 400 especies distintas, la mayor parte de las cuales crecen en zonas tropicales y subtropicales.
También hay una higuera de 15 metros de alta y 16 toneladas de peso, que fue sembrada en 1969 en una granja de California y que ahora fue trasplantada a las oficinas de Amazon.
En el interior del edificio las luces están programadas para brindar 12 horas de sol y sombra cada día y la temperatura se asemeja a la de un bosque nuboso, aunque sin los altos niveles de humedad característicos de esos ecosistemas.
La planificación, diseño y construcción de la obra —elaborada con 620 toneladas de acero y 2.643 paneles de vidrio— requirió seis años de trabajo.
La construcción de Las Esferas requirió de 620 toneladas de acero y 2.643 paneles de vidrio.
Aunque la enorme estructura fue levantada en un terreno ubicado entre las dos torres de las oficinas centrales de Amazon en Seattle y es considerada como un espacio de trabajo alternativo, no dispone de oficinas cerradas, ni salas de conferencia ni mucho menos escritorios.
En cambio, en su interior se eleva hasta una altura de cuatro pisos una pared de plantas, así como una cascada y un “nido de pájaros”.
Pese a lo curioso que puede parecer, la construcción de Las Esferas no obedece a una simple excentricidad de los directivos de Amazon y, en cambio, sí se relaciona con una estrategia para impulsar la productividad de su personal.
“Queríamos crear un ambiente único para que los empleados colaboraran e innovaran. También nos preguntamos qué faltaba en la oficina moderna y descubrimos que era el vínculo con la naturaleza”, dijo el vicepresidente de bienes raíces y edificaciones de Amazon, John Schoettler.
Recuperar ese nexo puede ser clave para mejorar la productividad de los trabajadores. Hay estudios que señalan que pasar tiempo en espacios naturales puede mejorar el desempeño en la resolución de problemas creativos en 50%.
Este inmenso jardín sería el mimo más reciente con el que la compañía que convirtió a Bezos en el hombre más rico del mundo intenta consentir a sus empleados actuales y futuros.
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Pedro Luis Martín Olivares
Economía y Finanzas
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