Negocios del entretenimiento en guerra

Pedro Luis Martin Olivares – La guerra por dominar nuestro tiempo de entretenimiento frente a la pantalla chica comenzó

Considerando que un país como Estados Unidos ha presenciado desde la primera fila los acontecimientos más importantes en cuanto a desarrollo, innovación e inversión se refiere. Podemos decir que aún la epoca de bonanza no ha teminado,  solo que los actores y las historias han cambiado un poco y que se acercan cada día más a la visión que tenia Sr. Robins en la pelicula animada producida por Disney Animation La familia del futuro, recordando además su celebre frase Camina hacia el futuro 

EE.UU. ha sido testigo desde los ferrocarriles en la década de 1860, la industria automotriz de Detroit en la década de 1940 o el frenesí del fracking en este siglo. Y como estamos proximos a llegar al futuro, en vez de ser el acero y la arena los actores principales de esta trama, se ha evolucionado y ahora han incursiona en la escena  guiones, sonidos, pantallas y celebridades. En un momento se planteo que la industria del entretenemiento pudiese llegar a su fin ya que el internet y la piratería eran sus principales acechadores, pero mas al estilo de las grandes producciones de -hollywood esta historía dio un giro interesante. El modelo comercial iniciado por Netflix, hoy es copiado por docenas de rivales, más de 700 millones de suscriptores ahora transmiten videos en todo el planeta, compañias como Disney, este mes de noviembre presento su propia plataforma  donde ofrece un servicio de transmisión donde el usuario podrá de «Star Wars» y otros éxitos de su vasto catálogo por $ 6.99 al mes, menos que el costo de un DVD.

Este años más de $ 100 mil millones se inviertieron en contenido en esta industria, así como lo hace la industria petrolera de Estados Unidos. En total, el negocio del entretenimiento ha gastado al menos $ 650 mil millones en adquisiciones y programación en los últimos cinco años. Las nuevas tecnologías e ideas han sacudido la música, los juegos y ahora la televisión. En la actualidad, muchas personas asocian el cambio económico con el deterioro de los niveles de vida: pérdida de empleos, estafas o vivir bajo monopolios virtuales en las redes sociales y de búsqueda. Pero este éxito comercial es un recordatorio de que los mercados dinámicos pueden beneficiar a los consumidores con precios más bajos y mejor calidad. 

Hasta ahora, el gobierno ha tenido poco que ver con el auge, pero cuando inevitablemente alcance su punto máximo, el estado tendrá un papel que desempeñar, para asegurar que el mercado se mantenga abierto y vibrante. El negocio del entretenimiento está avanzando rápidamente por su propia naturaleza. Tiene pocos activos tangibles, depende de la tecnología para distribuir sus productos y sus clientes anhelan la novedad. 

El primer estremecimiento se produjo en la música en 1999, y los servicios de Internet pronto presionaron a firmas de música establecidas como EMI y Warner Music. En televisión, Netflix rompió el molde en 2007 al usar conexiones de banda ancha para vender suscripciones de video, socavando a las empresas de cable. Cuando el teléfono inteligente despegó, adaptó su servicio a dispositivos portátiles. La empresa ha actuado como un catalizador para la competencia, obligando a la vieja guardia a reducir los precios e innovar, y absorbiendo nuevos contendientes. El boom ha visto a escritores estrellas pagados como si fueran titanes de Wall Street y superaron a los magnates de los medios del siglo XX, incluido Rupert Murdoch, quien vendió gran parte de su imperio a Disney en marzo.

La televisón en streaming se esta convirtiendo en un negocio muy complejo que de seguro va a dejar muy lejos los días en los que los espectadores se sentaban frente a su televisor esperando a que le programaran su tiempo. Además el usuario podrá tener  la posibilidad de elegir entre precio y variedad de servicios de transmisión; un servicio puede llegar a costar menos de $15 cada uno en comparación con $80 o más por un paquete de cable. El año pasado se realizaron 496 nuevos espectáculos, el doble que en 2010. La calidad también ha aumentado, a juzgar por la cosecha de nominaciones a los Oscar y los Emmy para los programas transmitidos y por la creciente diversidad de la narración. Los trabajadores lo han hecho razonablemente. El número de empleos de entretenimiento, medios, artes y deportes en Estados Unidos ha aumentado un 8% desde 2008 y los salarios han aumentado un 25%. Mientras tanto, los inversores ya no disfrutan de ganancias anormalmente grandes, pero aquellos que respaldaron a las empresas correctas lo han hecho bien. Un dólar invertido en acciones de Viacom hace una década vale 95 centavos hoy. Para Netflix, la cifra es de $37.

Este nuevo modelo de negocio se basa en banda ancha y dispositivos, no en paquetes de cable, y abrumadoramente en suscripciones, no en publicidad. A diferencia de la búsqueda o las redes sociales, ninguna empresa de transmisión de televisión y video tiene más del 20% de participación en el mercado por ingresos. Los contendientes incluyen Netflix, Disney, AT&T, Time Warner, Comcast y empresas más pequeñas. También hay tres empresas tecnológicas activas: YouTube (propiedad de Alphabet), Amazon y Apple, aunque su cuota de mercado colectiva aún es pequeña. La industria de la música también está en disputa, con la firma más grande, Spotify, con una participación de mercado del 34% en Estados Unidos.

Este nuevo escenario ha generado ganancias económicas inesperadas. Con estrategias  importantes como poner de primero a los consumidores, en cuanto al precio, los usuarios tienen más para elegir a precios más bajos y pueden elegir entre una variedad A diferencia de, digamos, WeWork, la mayoría de las empresas de entretenimiento tienen una estrategia plausible, pero ahora hay demasiado efectivo persiguiendo oportunidades. Netflix está quemando $3 mil millones al año y necesitaría aumentar los precios en un 15% para alcanzar el punto de equilibrio, lo que es complicado cuando hay más de 30 servicios rivales. Espera que sus mercados internacionales de rápido crecimiento creen economías de escala. Además de la saturación, el otro peligro es la deuda. Los acuerdos y los altos gastos han provocado que las empresas de medios estadounidenses acumulen $500 mil millones en préstamos.

Sin embargo, cuando llegan sacudidas como estas, la historia ofrece dos ejemplos desalentadores de cómo un auge amigable para el consumidor puede convertirse en un punto muerto. Las telecomunicaciones y las líneas aéreas en Estados Unidos vieron un motín de competencia en la década de 1990 solo para estirarse financieramente y luego reconsolidarse en oligopolios que hoy se conocen por un servicio deficiente y de altos precios.

Esta es la razón por la cual el gobierno tiene un papel en mantener competitivo el negocio del entretenimiento. Primero, debe evitar que cualquier empresa, incluidos los gigantes tecnológicos, adquiera una participación dominante en el negocio de contenidos. En segundo lugar, debe exigir a las empresas que poseen las puertas de acceso al contenido, como las empresas de telecomunicaciones o los proveedores de dispositivos como Apple que pueden controlar lo que muestran las pantallas, que tengan una política de acceso abierto y no discriminen a determinadas empresas de contenido. Por último, debe asegurarse de que los suscriptores puedan mover sus datos personales de una empresa a otra, para que no se bloqueen en un servicio.

¿Quién  ganará mas espectadores?, ¿Qué beneficio tendrán estas grandes compañías? ¿Cuál es la trama oculta?, realmente pocas personas buscan en hollywood lecciones de economía, pero no cabe duda que la industria del entretenimiento cada vez se vuelve mas atractiva, sino ustedes diganme que tienen en común Apple, Jennifer Aniston, Reese Witherspoon y Steve Carrel,  los mercados de valores y las firmas de compras y estos no son todos los actores ni todas las tramas

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Pedro Luis Martín Olivares
Economía y Finanzas

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