Pedro Luis Martín Olivares – El crecimiento del gasto público fue evidente por muchos años en Argentina y reducirlo ha costado.
El gobierno de Mauricio Macri se ha propuesto reducirlo y tener un superávit, de hecho celebra su meta fiscal registrada durante el primer semestre del 2017, pero, los expertos financieros no están convencidos de dicho logro y argumentan que ese resultado se debió, en gran medida, a ingresos extraordinarios.
Por lo que prevén que las cuentas públicas del país aún distan de llegar al superávit.
De hecho, el Ejecutivo destacó de que el déficit primario acumulado en los primeros seis meses de este año fue equivalente al 1,5 % del Producto Interior Bruto (PIB), algo mejor que su objetivo del 2 %.
Y es que la calificadora de riesgo crediticio Standard & Poor’s señaló en julio pasado que para que el Gobierno de Macri tenga chance de alcanzar la meta de inflación del 5% pautada por el Banco Central para 2019 “debe eliminar los subsidios fiscales a los servicios públicos”.
Y subraya que “hacer esto más temprano que tarde, eliminaría simultáneamente la represión artificial de la inflación, reduciría el déficit fiscal y facilitaría el reajuste del tipo de cambio real, preparando así el terreno para el establecimiento de metas de inflación más creíbles”.
Ya en abril de este año S&P elevó la calificación crediticia de la Argentina al nivel B (dentro de la zona considerada “especulativa” y cuatro escalones debajo de la calificación “grado de inversión”). Lograr la categoría “grado de inversión” le permitiría a la Argentina endeudarse a tasas de interés mucho más bajas que las actuales.
En línea con los observadores locales, el informe de S&P dice que la fortaleza política del Gobierno aún es insuficiente como para encarar una movida de alto impacto -de shock- como la que reclama S&P, por lo que la calificadora concluye que “el mejor momento para ejecutar este y otros ajustes complementarios de las políticas es inmediatamente después de la elección del 22 de octubre”.
El ministro de Hacienda argentino, Nicolás Dujovne, jura y perjura que en este 2017 podrían alcanzar como máximo un déficit del 4,2 %. Tajante señaló que cumplirán esa meta.
Pero, los analistas indican que no hay muchos fundamentos para tanto optimismo fiscal, pues argumentan el carácter extraordinario que registraron los ingresos obtenidos en la primera mitad del año y porque la meta fiscal no es muy exigente.
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Pedro Luis Martín Olivares
Economía y Finanzas
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